1.Violencia política. En esta contienda registramos tres homicidios en Jalisco: el precandidato del Verde a la alcaldía de Mascota; el alcalde priista que buscaba la reelección en Pihuamo y el aspirante morenista a síndico en Puerto Vallarta. Los Estados con más asesinatos de políticos fueron Guerrero y Chiapas (11 cada uno), Michoacán (6), Guanajuato (5) y Jalisco junto con Edomex (3), según Causa en Común. Hay dos conclusiones: los protocolos de seguridad y prevención son insuficientes. Si el victimario se lo propone, en última instancia él decide si el candidato vive o muere. Significa que el modelo para atajar la violencia electoral no es una respuesta exclusivamente policial. Ignoro el punto de partida para llegar a una solución, pero queda claro que el crimen también vota. ¿En cuántos municipios ganará su candidato o candidata? 2. Las encuestas. La automatización de los métodos de recolección vía telefónica y las dificultades para acceder a todas las viviendas abren un debate sobre la confiabilidad y utilidad de las encuestas para administrar la incertidumbre en la contienda. Un método científico para medir la opinión del público se convirtió en un instrumento de propaganda de los partidos para influir en la preferencia electoral. En contiendas cerradas como la de Jalisco y Guadalajara su efecto es nocivo. La solución es la autorregulación o un nuevo marco normativo. Si ninguna de estas dos son opciones, cuando menos deberíamos realizar ejercicios post mortem para evaluar qué encuestadoras se apegaron más al resultado final. Y castigar la reputación de aquellas que ofrecieron resultados mercenarios. 3. Las propuestas de las y los candidatos. Existen más canales de comunicación pero menos calidad informativa. Hay vías potenciales de contacto directo con las y los candidatos, pero más aislamiento y lejanía con los votantes. Las plataformas para conocer, evaluar y dar seguimiento a las propuestas son insuficientes. En los debates faltaron respuestas de los candidatos a las inquietudes de la sociedad. La comunicación política se ha degradado. La digitalización del ecosistema mediático sólo viraliza episodios irrelevantes para la discusión pública. La utilidad democrática de nuestras campañas, el nivel de deliberación y abordaje de nuestros problemas colectivos, se pierden en el mar de informaciones. *** La inseguridad, la violencia de género, la movilidad, el derecho al agua y a la vivienda, son cinco de las preocupaciones principales expresadas por las y los jaliscienses en los debates por la gubernatura, Guadalajara y Zapopan. Terminan 90 días de campaña y no me queda clara la ruta para darles solución los próximos seis años. ¿O me equivoco?