Dicen que todas las comparaciones son odiosas y bueno, habría que matizar o, en todo caso, ir dejando de lado el cliché porque vía comparaciones responsables, sensatas, constructivas y sin ánimo de ofender, podríamos lograr grandes cosas.Hasta donde sé, no hay estudios puntuales de los viajes al extranjero que han hecho nuestros gobernantes (pero son duda han sido muchísimos), del partido que sea, en los últimos 25 años, para conocer el sistema de transporte y el manejo de la basura con la intención de abrevar, de nutrirse de-ideas-avanzadas-y-de-vanguardia;-de-adaptar-los-mejores-sistemas-del-mundo-y-aplicarlos-en-nuestra-bella-Guadalajara-porque-la-ciudad-se-lo-merece-y- bla bla bla.Dicho todo esto con jiribilla por supuesto porque resulta que he tenido la oportunidad de visitar algunas ciudades de España e Italia, a donde sé que gobernantes y empresarios mexicanos han viajado, entre ellos jaliscienses sin duda alguna, con los propósitos antes descritos. ¿Y? ¿Han servido de algo esas visitas de trabajo y de intercambio? ¿El gasto en viáticos gracias a los impuestos que pagamos ha valido la pena? ¿Desde cuándo -pido al lector que haga memoria- sabemos de giras temáticas justamente para mejorar de manera específica disposición de desechos y transporte público? ¿Se nota en las calles de Guadalajara que aprendieron algo, que lo aplican bien? ¿Podemos decir que gracias a los sistemas que conocieron en Milán, Florencia, Roma, Madrid, Sevilla y Bilbao los tapatíos disfrutamos de programas de recolección de basura y de transporte público de primer mundo? ¡No!Ni siquiera podemos decir que nuestro sistema de transporte es tan bueno como el colombiano, a donde también se han hecho múltiples “giras de trabajo”, y si no se adapta bien la experiencia de un país que nos acompaña apenas en el grupo de los países emergentes (para que no se oiga tan feo lo de tercer mundo), pues cuantimenos (como diría mi abuelita) la de una nación avanzada. ¿Entonces para qué tanto viaje?Lo cierto es que si en Guadalajara y en cualquier punto de nuestro país se hubieran copiado, así, vilmente copiado los sistemas de las ciudades que he citado, viviríamos mucho mejor. Todavía están a tiempo y no necesitan ni viajar, no vaya a ser que a Bilbao no hayan ido y les esté dando ideas para que sigan dándose la gran vida.Todo esto es porque estoy maravillada con el transporte y con los sistemas de disposición de basura en lo que he conocido de Europa y al mismo tiempo indignada porque nada se ha aplicado en Guadalajara, para concentrarme en mi ciudad. Si acaso, el tipo de basurero (papelera) que hay en los postes y ya (y a veces con todo y la basura). De transporte nada, porque lo que tenemos en la Perla tapatía es un muestrario de formas de transporte (como dijo alguna vez, y coincido, el Arq. Óscar Ladrón de Guevara) y de todos no se hace uno.Ni el transporte público ni el sistema para la disposición de basura son tan caros, ni complicados, ni barrocos mucho menos imposibles. Y a pesar de la delantera que nos lleva Europa en el desarrollo de la Humanidad, los sistemas de basura y de transporte modernos son más o menos contemporáneos y no es necesario formar parte del grupo del primer mundo para tener algo así. Para lo que se gasta en México, era para que nuestro país estuviera perfectamente comunicado de norte a sur y de este a oeste con trenes, vuelos económicos y prácticos, carreteras y marcos legales para garantizar seguridad y armonía; y en las ciudades: señalética homogénea, sistemas de pago unificados, redes de transporte conectadas: metro, tren, tranvía, tren ligero y autobús urbano e interurbano con líneas alimentadoras, rutas circulares, estacionamientos, reglamentos claros y prácticamente inviolables y voluntad e inteligencia. Las últimas dos se necesitan en altísimas dosis y vienen acompañadas de altura de miras, visión de futuro, generosidad, conciencia histórica y responsabilidad social. Nada más (tendrían que importar eso primero).El transporte: como ciudad capital Madrid tiene un metro con 12 líneas que atraviesa toda la ciudad y conecta con más de nueve líneas de cercanías, una red que conduce a ciudades dormitorio; unas 200 rutas de autobús y un macrobús que va por La Castellana y el Paseo del Prado de punta a punta.Es capital y por eso, muy bien. Bueno, pues Sevilla y Bilbao tienen metro también. El de Sevilla no fue posible introducirlo en la zona histórica y entonces discurrieron poner un tranvía que parece cápsula futurista y el de Bilbao ha ganado premios internacionales por funcionalidad, destreza ingenieril y diseño.Ya basta de viajes ¡a trabajar hombre! Aunque no haya réditos electorales por favor, lo merecemos. (Continuará).