EL INFORMADOR encabezó la nota: Boxeadora mexicana, en estado crítico tras ser noqueada en Canadá. La noticia la publicó el 30 de agosto, junto con el video del combate entre la aguascalentense de 18 años de edad, Jeanette Zacarías y la local, la canadiense Marie Pier Houle. Fue triste ver el desenlace del compromiso celebrado en Montreal, el tercero detiene las acciones en el cuarto capítulo, ante el severo castigo de la norteamericana, y mientras ésta festeja, Zacarías, de pie en una de las esquinas del ring, convulsiona, su entrenador salta al cuadrilátero para auxiliarla, la abraza y se desvanece la boxeadora mexicana. El record de Jeanette antes de este encuentro, 5 peleas con 3 derrotas; en su compromiso más reciente, en mayo, perdió por KO. Pier Houle, presentó 11 peleas con 2 derrotas y 2 nocauts favorables. Jeanette fue hospitalizada tras la inflamación cerebral que sufrió por el nocaut el sábado, lamentablemente perdió la vida el jueves, permaneció en coma cinco días en el hospital Sacré-Coeur de Montreal. El dinero en el boxeo profesional suele nublar la razón de actores que conforman el círculo de esta industria, y es cuando se dan las tragedias en el ring. Boxeador, manager, médico de la comisión de boxeo, promotor, cualquiera de estos eslabones de la cadena de la industria boxística, debe detener la pelea que reúna características para que se den hechos que lamentar. También el sábado, pero en Hermosillo, Sonora, la empresa tijuanense Zanffer, montó la pelea entre Pedro “La Roca” Campa y Abimael “Hidalgo” Cruz. Cuando el gritón, Pablo Flores, anunció los récords de los contendientes, seguramente muchos aficionados se sorprendieron, Campa presentó 34 peleas, 1 derrota y 22 nocauts a su favor. Abimael “Hidalgo” Cruz, invicto en 5 peleas, con mismo número de nocauts. Pelea desigual. Y Campa, más experimentado, con mayor físico, y aunque recibió alguna respuesta, casi hizo lo que le vino en gana, se regodeó, lanzó fuertes y certeros golpes a la humanidad del adversario, de esos que dejan secuelas, por instantes castigaba a placer. Esta pelea no debió haberse montado, reunía características de callejón sin salida, el del final trágico. Con este tipo de oponentes, “La Roca”, siempre apantallará, mientras Abimael nunca debió estampar su firma en el contrato que lo ligó a tan atrabancada y peligrosa prueba. Ojalá después de la paliza no le hayan pagado con corcholatas aplastadas, frase del ex boxeador tapatío Juan Carlos “Camello” Rodríguez, para referirse a una paga insignificante… Y por ahí estaré atisbando.