“¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” Apocalipsis 3:15-19.Bajo esa premisa, si hay alguien que merece ser vomitado es la bancada de Movimiento Ciudadano y particularmente su coordinador en el Senado, Clemente Castañeda, debido a su bochornosa actuación durante la sesión en la que se discutió la reforma judicial.El pasado martes, mientras el país observaba la posibilidad de que se desmantelara el Poder Judicial desde el Senado, Clemente Castañeda, lejos de hacer frente a los riesgos de esta reforma, protagonizó un patético espectáculo de gritos y distracciones, afirmando que el senador Francisco Barreda no podía asistir a la sesión porque había sido detenido arbitrariamente por las autoridades de Campeche, para que, a final de cuentas, resultara que el detenido era su padre y el senador Barreda consideró prudente acompañarlo en la audiencia como apoyo moral.¿De verdad en MC creen que alguien en el país les cree ese cuento? Una cosa es que el liderazgo de Castañeda sea menor que el pico de un canario, y otra cosa es que un senador de la República falte a una sesión tan relevante de motu proprio para brindar apoyo moral a su papá.Con tan lamentable actuación, en la que tanto Barreda como Castañeda se quisieron hacer pasar por unos mártires del sistema, lo único que demostraron fue que su único papel en el Senado es ser unos simples y viles títeres, que, como tales, se limitan a hacer lo que el titiritero les ordena.Aquí vale la pena recordar que quien ha impulsado en todo momento a Castañeda en su carrera política ha sido su entrañable amigo y compañero de pupitre desde la preparatoria, Enrique Alfaro, quien incluso lo quiso imponer como candidato de MC a gobernador. El único inconveniente fue que el mayor y único logro de Castañeda es precisamente ser amigo de Alfaro, y enfrente tenían a la cara más reconocida de MC en Jalisco.A manera de premio de consolación, Alfaro puso a Castañeda hasta arriba de la lista para senadores plurinominales, con lo que mataba dos pájaros de un tiro: le cumplía a su amigo y tendría voz y voto en el Senado.Tras una vuelta del destino que no permitió a Dante Delgado tomar protesta en el Senado, Clemente Castañeda fue nombrado coordinador de la bancada de MC, hecho que le cayó como anillo al dedo al aún gobernador de Jalisco, pues le garantizó tener el control de la bancada naranja por los próximos seis años y todo lo que ello implica.Por otro lado, resulta importante recordar que durante gran parte de la carrera política de Alfaro llevó una cercana relación con López Obrador y que, tras un distanciamiento al inicio de sus respectivas administraciones, se han reencontrado en fechas recientes. Incluso, en palabras del propio gobernador tras su visita al Palacio Nacional de hace un par de semanas, siempre ha reconocido en él a un líder político con el que se formó y sin el que sería imposible explicar todo lo que ha logrado en su carrera.En dicho contexto, habremos de recordar que, como atinadamente dicen los conocedores, en política no existen las coincidencias; y en vista del reencuentro del gobernador saliente con López Obrador (sin el que sería imposible explicar todo lo que ha logrado en su carrera), el control que ejerce Alfaro en la bancada de MC en el Senado, y la conveniente ausencia de un senador en la sesión para votar la reforma judicial impulsada por López Obrador, es complicado no notar que el común denominador tiene nombre y apellido: Enrique Alfaro Ramírez.¿Será la primera coincidencia en política?
