Podríamos decir también que el Tercer Informe del Presidente Andrés Manuel López Obrador fue igual al elogio a la retórica por la campaña previa de los spots donde aseguraba que su gobierno, que está casi a la mitad del camino, es de “hechos” y “no palabras”, cuando el sello principal y el mayor espacio desde donde despliega su enorme poder es justamente su rueda de prensa mañanera, donde a fuerza de repetir las cosas, exalta como nadie sus logros y minimiza, casi hasta la desaparición, los grandes problemas de México.Elogio a la retórica porque también nos volvió a recetar una clase de comunicación política al abrir su discurso con los temas energéticos, donde hay grandes rezagos, pero presentándolos como los grandes logros de su gestión porque se está recuperando la “soberanía energética” del país que estaban malbaratando los gobiernos vendepatrias y privatizadores que le antecedieron.Qué decir del rosario de récords históricos que articuló al señalar el crecimiento de la inversión extranjera, de las reservas, el aumento al salario mínimo y el incremento de las remesas en las que el gobierno federal no tiene nada qué ver, para acuñar la frase que se convirtió en el eslogan del Tercer Informe y tendencia en redes sociales: el #TenganParaQueAprendan que les plantó a los “liberales y tecnócratas”.Pero lo que volvió a marcar el Tercer Informe de AMLO fue la omisión al problema del narcotráfico, como ocurrió desde su discurso de toma de posesión.Nuevamente el miércoles pasado el gobierno de la autollamada cuarta transformación ignoró en su mensaje el problema de los grupos delincuenciales en México, el principal factor y causa de la creciente violencia e inseguridad que se padece en prácticamente todo el territorio nacional.Así como destacó que su gobierno ha apoyado como nadie a los pobres de este país con sus programas sociales y con un aumento a los salarios mínimos como no se daba en los últimos treinta años, sin referir el aumento de la pobreza en México que consignaron el mes pasado tanto el Inegi como el Coneval, así también aseguró que la Guardia Nacional está cumpliendo su papel en la pacificación del país, pese al claro aumento de homicidios en relación a los que iban a la mitad del mandato de sus dos pasados antecesores, perpetrados principalmente por la lucha de las mafias por el territorio en cada vez más regiones de suelo mexicano.Si partimos del hecho que este flagelo, que afecta gravemente la convivencia social por su creciente poder corruptor y de fuego, es también producto de la corrupción, cuyo combate fue otro de los hilos conductores triunfalistas del discurso presidencial de antier, podemos concluir que el Tercer Informe fue también el olvido del elefante que todos vemos en el país y que se sigue riendo a carcajadas de los “abrazos y no balazos”.jbarrera4r@gmail.com