Sábado, 23 de Noviembre 2024

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Sobre el aborto

Por: Sergio Aguirre

Sobre el aborto

Sobre el aborto

Con relación al siempre renacido debate sobre la llamada despenalización o regularización del aborto van algunos comentarios, a propósito de lo reciente en Oaxaca. De entrada no es un tema fácil. Tan no lo es porque seguimos en la contradicción. Y no sólo en México, sino en todo el mundo. Es un rollo tan complejo por todas sus perspectivas contenidas. Les guste a o no a los “abortistas” y los “provida” es una discusión abierta.

Aquí hay varios jugadores. Comencemos con el médico. Con todos los médicos cuya generosidad de su tiempo me han regalado para platicar sobre esto coinciden: abortar va en contra de la ética médica. Por eso muchos se niegan, aunque por Ley en tantos lados sea su chamba practicar abortos contra sus cuestiones de conciencia. Ahí disculpen la comparación, es como si un abogado se dedicara a mandar a la cárcel a sus clientes.

Luego siguen la madre y el padre. ¿Quién fue? ¿Fue a la buena o a la mala la concepción, o un error? Pregunta importante, entre otras. Pero al fin de cuentas, la madre tiene a un bebé en su cuerpo. No es parte de su cuerpo sino de su ADN como del padre. Eso es irrefutable de manera científica. No somos nosotros los hombres los alimentadores y dadores de luz, ni los que cargamos al bultito en su gestación, es cierto. Pero ahí está nuestro ADN. Luego ya hablaremos luego de la pastilla del día siguiente y anticonceptivos, concordantes a mi pensamiento.

Hay tres tipos de responsabilidades ante un ilícito. Siempre me ha repudiado la idea de considerar al aborto como algo lícito y normal. Me parece, los legisladores han tenido muy poca imaginación ante la Suprema Corte de la Nación. Hay responsabilidades penales, administrativas y en este caso civiles, aunque hasta podrían llegar hasta mercantiles.

La responsabilidad penal para las mujeres que abortan me parece excesiva, cruel. Más aún viendo el estado de nuestras cárceles. A menos de tratarse de una abortista serial, de la cual nunca he sabido. De acuerdo a muchos estudios, la mujer cuando aborta le va muy mal. Y de forma espantosa con un remordimiento de conciencia impresionante cuando es voluntario. Se siente de la fregada a mi entender. Como dicen: “En el pecado lleva la penitencia”. Sufre en demasía. Sufre de esas maneras incomprensibles para nosotros. Y se quedan tristes por años, según lo platicado con algunas de ellas. Por eso yo no estoy de acuerdo de que las metan al bote. Por supuesto menos a las violadas y cosas análogas.

Quizá la responsabilidad civil sea la más difícil de explicar. Esa no puede desaparecer. Es el interés del hombre por tener un hijo. Siempre y cuando haya sido el bebé producto de una sana relación. Y no solo de él, sino de todos los familiares circundantes, también los de ella, todos los cuales podrían ser afectados por un daño si se da un aborto voluntario sin razón.

Mi forma de ver este asunto: abandonar la responsabilidad penal, dejar y reforzar la vía civil y tomar como eje la ruta administrativa. Muta -no excesiva- por abortar (las mujeres violadas y cosas así no entran aquí) con reincidencia de acuerdo a la condición económica de la mujer. Con resguardo de datos personales, razones del aborto para fines estadísticos y demás. Y además pagando sus gastos en los hospitales. Tanto en privados como públicos.

Vuelvo casi al principio. ¿Cómo resuelve esto la ética médica? Me declaro incompetente.

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