Los nutridos aplausos de la concurrencia (sala casi llena, entrada regular en los palcos) al final de cada movimiento de la Sinfonía en Re menor, de Cesar Franck -pecadillos veniales que se borran con un golpe de pecho-, fueron pruebas fehacientes y reiterativas de la aprobación unánime al séptimo y último concierto de la Segunda Temporada de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), la noche del jueves en el Teatro Degollado.Desde las tres pausadas notas iniciales, a cargo de las cuerdas graves, hasta las brillantes armonías de la coda final, en la obra más conocida del compositor francés de origen belga (“la incompetencia elevada a dogma”, dijo despectivamente de ella Charles Gounod) la OFJ hizo alarde de su calidad y disciplina, y su director artístico, José Luis Castillo, de su respeto a la partitura y su capacidad para conseguir un gran equilibrio de secciones.A diferencia de obras “grandiosas” o “monumentales”, infladas por los snobs, la Sinfonía de Franck (1822-1890), sin recurrir a manierismos, rebosa belleza desde las tres pausadas notas iniciales hasta los brillantes acordes de la coda final. Cautiva. Capta y retiene la atención por su estructura conservadora, la riqueza de sus armonías, la gracia de sus contrapuntos y su orquestación espléndida. La obra acusa, para bien, la influencia de los grandes maestros del romanticismo alemán; uno volvería con gusto a escucharla en el coche, de vuelta a casa, a la salida del teatro.La velada comenzó con una obra sedeña, rica en matices a despecho de su brevedad (4 minutos): “Poema de Neruda”, para orquesta de cuerdas, inspirada en el célebre Poema 20 (“Puedo escribir mis versos más tristes esta noche...”), del compositor jalisciense Blas Galindo (1919-1993).La parte central de la velada se cubrió con la suite sinfónica “Pelléas et Mélisande” -apacible, sin estridencias, con un bellísimo diálogo de la flauta con el arpa-, de Fauré (1845-1924). Como en la Sinfonía de Franck, también aquí hubo aplausos en las pausas entre sus cuatro partes, de las cuales la más conocida es la Siciliana.En el intermedio de la velada, el director José Luis Castillo entregó un diploma al violinista Hugo Uribe Jáuregui, por sus 27 años de participación en la Filarmónica de Jalisco.El programa, como de costumbre, se repite este domingo, a partir de las 12:30 horas, en la misma sala.jagelias@gmail.com