En julio la economía de Estados Unidos recuperó su nivel de actividad pre-pandemia. Es decir, mientras el mundo aún no se recupera del 2020, este país está como si nada hubiese pasado.Por supuesto que esto obedece fundamentalmente a las dos leyes de ayuda más ambiciosa de la historia económica reciente (una durante la administración anterior y otra durante la actual). Es tanto lo que el Gobierno le inyectó a la economía que es del mismo tamaño que el total utilizado para abordar el impacto del COVID-19 en 2020 por otros 115 países del mundo.Los pronósticos de crecimiento anual, a finales de 2021, se acercan al 6%, una marca no superada en los últimos 50 años.Por supuesto que nada es gratis y la gran discusión es si el nivel de endeudamiento del país no implicará más inflación a mediano plazo. Pero ante problemas graves, soluciones de impacto. Fue precisamente la combinación de medidas preventivas de la Reserva Federal para evitar un colapso financiero, los paquetes de ayuda rápidos y significativos, la recuperación de los precios de las materias primas, y el acelerado ritmo de desarrollo de vacunas lo que ayudó a evitar que tuviéramos una crisis mucho más complicada que el tema de la inflación, que tarde que se temprano se va a corregir.No nos equivoquemos: este crecimiento es el resultado directo del esfuerzo para aportar una ayuda económica a las familias y a las pequeñas empresas, que son el corazón de la economía. Como Cámara de Comercio hemos estado involucrados en la discusión legislativa en Washington y también como protagonistas en un interesante programa de “Navegadores Comunitarios”, que inició aquí en el estado de Illinois. La idea es que el Gobierno no entregue el dinero directamente a los que tienen los recursos para aplicar a un subsidio, sino que utilice a organizaciones serias, reconocidas y con cuentas auditadas como la nuestra para que ayudemos a aplicar a los pequeños “changarros” propiedad de minorías que son la columna vertebral de la economía en este país y que casi nunca tuvieron acceso a ningún subsidio. Eso nos está permitiendo generar impacto donde antes no era posible.Darle 20 mil dólares a una pequeña empresa de menos de 1 a 5 empleados es mucho más importante que darle 20 millones a una empresa de mil empleados. Más del 95% de la economía de este país la componen pequeñas empresas con menos de 10 empleados y es fundamental llegar a ellas a través de quienes realmente las conocen. El Gobierno no conoce la realidad de los millones de pequeños negocios propiedad de latinos. Las Cámaras de Comercio como la nuestra sí la conocen. Por eso el Gobierno acepta que nuestro equipo recorra las calles y seamos los intermediarios con esas enormes comunidades donde se habla español y que contribuyen con impuestos más que muchas enormes corporaciones.Ayudar directamente a las pequeñas empresas y hacer que esa ayuda llegue de forma equitativa, rápida y eficiente es la diferencia entre tener una economía estancada y una que vuelva a crecer. Gracias a esto, algunas empresas mexicanas con operaciones en Illinois, establecidas aquí desde antes de la pandemia gracias a los acuerdos que tenemos con la Cámara de Comercio de Guadalajara, por ejemplo, serán también beneficiarias de estos subsidios. Esos fondos les servirán para apuntalar sus proyectos en México, donde actualmente la ayuda es escasa. Ahí está la gran diferencia entre lo que está ocurriendo en ambos lados de la frontera.(*) Jaime di Paulo es presidente de la Cámara de Comercio Hispana de Illinois.jaime@ihccbusiness.net