Es urgente culmine el conflicto entre la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), que es el máximo circuito que aglutina a organizaciones beisboleras jugando en época de otoño e invierno, y La Liga Mexicana de Beisbol (LMB), que hasta hace desahogaba su calendario en primavera y verano, ahora ya irrumpiendo en otoño.Desde hace tiempo hay obstrucción de equipos de la LMB para que muchos peloteros no puedan jugar en la LMP, a pesar que los calendarios desahogándose en diversa época facilitaban la participación de beisbolistas en ambas Ligas, mas el problema se agudizó con el hecho de haberse reformado el esquema de la LMB, pues de jugar un torneo único con terminación en tiempo suficiente para que los jugadores pudieran descansar adecuadamente y estar listos para la pretemporada y la campaña misma, pasó a desahogar dos torneos con término del segundo de ellos en una época más tardía que lo que era usual y mucho muy cerca del inicio del calendario regular de la LMP.Como es sabido, el experimento de la LMB de contar con dos torneos al año fue un fracaso y en vez de rectificar empeoran la situación al haber determinado que vuelven al esquema de un solo torneo anual, pero ahora demasiado largo y prácticamente empalmado en su culminación con el inicio del calendario regular de la LMP, obviamente con trastoque de la pretemporada.Cuando inició en este 2018 el nuevo esquema de la LMB con dos torneos al año en vez de uno solo, la respuesta de la LMP fue el que para esta campaña 2018-2019 a punto de iniciar el 12 de octubre próximo los equipos tendrán la posibilidad de contar con 12 peloteros extranjeros en su roster durante la primera vuelta del torneo y ocho en la segunda fase, lo que de alguna forma estará aliviando el problema consistente en que varios peloteros que juegan en verano con equipos de la LMB reportarán tarde con los escuadrones de la LMP, pero ahora deben revisar y prever que harán para enfrentar el más severo conflicto que provocará la reforma aplicable a partir del próximo año pues los calendarios de ambas Ligas se empalmarán demasiado.Hay un antiguo cuento popular que narra a un personaje, plácidamente acomodado en una hamaca descansando, quien de repente le pide a gritos a su mujer le haga llegar el antídoto contra el veneno de alacrán, y a la pregunta de la esposa en cuanto a saber si ya sufrió la picadura del arácnido, la respuesta tajante es: “¡No!, aún no me pica el alacrán, pero ahí viene ya caminando para atacarme”, y esa es folclórica pintura de lo que en muchos mexicanos se dice es un comportamiento típico, altamente desidioso o negligente en cuanto a realizar acciones tendientes a prevenir alguna contingencia o problema que les tiende a causar un conflicto y en vez de actuar para prevenir sus posibles consecuencias lesivas o evitarlas, esperan hasta el último momento para ponerse a pensar qué hacer o incluso quizá teniendo más o menos claro lo que se puede hacer para evitar o amainar un mucho muy posible conflicto o riesgo de caos, impera la negligencia y no lo hacen, siendo que actúan hasta cuando ya tienen el problema encima, lo que coloquialmente se expresa como “tener el agua en los aparejos”.Ojalá no suceda el que, en una situación similar a la figurativamente antes narrada como parte del conjunto de supuestas situaciones chuscas típicas del imaginario colectivo popular mexicano, los directivos de los ocho equipos de la LMP y el presidente de la Liga, Omar Canizales Soto, incurran en esperar a tomar decisiones y actuar tardíamente y sea que quieran empezar a hacer lo necesario para evitar o amainar los problemas que pueden llegar un poco más adelante por el conflicto con la otra Liga, la LMB, hasta que les reviente el conflicto y se provoque un caos que sea mucho más complicado atajar, pues como ahora se advierte, el que la antes Liga veraniega ha decidido convertirse en organización de casi todo el año y habrán de coexistir ambas Ligas jugando al mismo tiempo en un lapso importante de meses entre el fin del verano y el inicio del otoño e invierno, no augurándose una fácil solución al conflictivo entuerto, mas aún si los jerarcas de la LMP no llegan a actuar atingentemente y, como en la fábula citada, esperan a tomar acciones hasta que el alacrán llegue a atacarlos y sea inevitable un colapso del beisbol profesional mexicano. Se realizó la primera asamblea en Guadalajara, la nueva sede de la LMP desde hace casi dos meses, mas no hay acuerdos de esta reunión efectuada ayer que tiendan a generar un avance para fortalecer a la Liga invernal mexicana de beisbol -en la que milita Charros de Jalisco- de cara al problema existente, ojalá pronto se den pasos que ayuden a amainar el conflicto.Ya con la vista puesta en la campaña 2019-2020, hay decisiones que podrían ser positivas, como la expansión de la LMP, buscando que pueda haber nuevos equipos en plazas beisboleras destacadas como pudieran ser Tijuana, Guasave, Tepic, La Paz e incluso Tucson, Arizona, ampliando el marco, duración, nivel y calidad, también podrían determinar otorgar plenos derechos para jugar como mexicanos a todos los peloteros a los que la ley da esa calidad a pesar de no haber nacido en México, terminando con la discriminación actualmente existente al respecto, además de establecer que sean los mismos 12 peloteros extranjeros los permitidos en las dos fases de la temporada y no 12 en la primera vuelta y ocho en la segunda, de esa manera pudiéndose asegurar exista solvencia para brindar el mejor espectáculo y sin depender en demasía de lo que ocurra o se decida en la LMB, como ahora sucede.