Minneápolis, MinnesotaLa gente en Minnesota es amable. Sonríen a todos en la calle y ofrecen su ayuda en cualquier situación, desde cargar bolsas del supermercado hasta dar direcciones para llegar a cualquier lugar. Dicen buenos días y buenas noches como si se tratara de una obligación, pero existe algo que hace que se olviden de sus buenas costumbres: los fanáticos de Filadelfia.Es la plática en las cafeterías y en las esquinas, en los bancos y paradas de autobús. A ellos no les molesta que sus Vikings hayan sido derrotados en la batalla, pero sí la actitud que tomaron sus adversarios para celebrar su victoria.“Perder es una maldición que tienen los Vikings y debemos aprender a vivir con ella, pero la actitud de sus fanáticos, eso sí molesta” menciona una mujer vestida con el jersey de su equipo, a las afueras del “Mall of America” y es que, luego de su victoria, los aficionados de los Eagles tomaron las calles de Filadelfia para beber y celebrar mientras se burlaban, por todos los medios posibles, de los aficionados de Minnesota. Incluso la policía le entró al “juego” en Twitter.Ahora, los que hacen el viaje hasta este lugar deben elegir si portar su uniforme verde y blanco con orgullo, a pesar de los abucheos y miradas de desprecio… o dejarlo en el cajón y pasear tranquilos por la ciudad.De lo que podemos estar seguros es de que, el próximo domingo, la ciudad de vikingos será invadida por miles de águilas con sed de victoria, que si resultan ganadores, presumirán su trofeo Lombardi donde sea, como sea y ante quien sea.