Conociendo la forma de operar de Orlegi, se vislumbraba que se iban a deshacer de sus joyas. Al fin, deben de haber pensado "ya los hicimos bicampeones y Campeón de Campeones". La salida de Quiñones es lógica, hasta cierto punto, ya que "el billete es primero" aunque, como ellos también debían dinero de jugadores comprados al América, no fue el negocio que ellos pensaban. La venta de Furch al Santos de Brasil también es entendible. Julio se iba en diciembre gratis y tenían que sacarle algo de dinero. Lo que sí está fuera de la realidad es el posible intercambio de Ozziel Herrera, un canterano que va despuntando, por un extranjero de medio pelo que no tuvo éxito en nuestro futbol jugando para los Tigres. Lo que más coraje le da a la Fiel es que la directiva esperó hasta el inicio del torneo para hacer sus movimientos, cuando ya habían vendido los pases rojinegros y las nuevas camisas, aprovechándose de la euforia de la afición y dándoles "gato por liebre". De por si se quejan de que las entradas han ido a la baja, así menos va a ir la gente al estadio, realmente abusan de la fidelidad de la afición rojinegra, pero ellos sabrán cómo manejan su negocio, pero que después no se estén quejando. Hablando un poco de la Selección dieron el mejor primer tiempo de la era del "Jimmy" Lozano. Eso era lo mínimo que podían hacer. La Selección ya está instalada en la final de la Copa Oro, que no va a ser fácil y del resultado se sabrá qué pasará con el entrenador. El ganar la copa no le garantiza la continuidad, pero con nuestros flamantes directivos todo es posible.