¿Quién tendrá la razón, la comunidad científica o el presidente Lopez Obrador?. El lunes por la mañana -alrededor de las 8 am- AMLO decía sobre ómicron -la nueva variante del Covid- , “no hay elementos para preocuparnos, no hay motivos de riesgo...hay mucha información en los medios que no debemos espantarnos...no existe eso”. Y siete horas más tarde -a las 4 pm- una evaluación de la agencia de salud de la Organización de Naciones Unidas advertía que el riesgo mundial por la variante ómicron del coronavirus es “muy alto”, de acuerdo con las evidencias preliminares que se tienen y que esto podría traer “consecuencias severas”.Es muy lamentable que después de dos años de pandemia, de tener más de 640 mil muertes provocadas por la crisis de salud según las estadísticas oficiales del reporte de exceso de mortalidad de la misma Secretaría de Salud-, no se haya aprendido la lección y no se tenga el mínimo sentido común para aplicar con severidad los procedimientos de prevención. Pero lo más lamentable es, la retrógrada mentalidad y falta de sensibilidad de quien habita en Palacio Nacional de no ver la realidad o deliberadamente ignorar la que otros -los científicos y organismos especializados en salud- ven.Estamos de acuerdo en que la detección de la semana pasada de la variante del virus en el sur de África sorprendió a todos cuando pensábamos que lo peor ya había pasado. Que ante una nueva amenaza -hasta cierto punto desconocida por la serie de mutaciones que han surgido- se esté intentando reforzar las vacunas ya existentes o crear nuevas en todo caso.Hoy todo es incierto y lo único que nos queda es estar alertas por las preocupaciones de los mismos científicos.Por eso, las medidas preventivas que muchos países han tomado en los últimos tres días -con cierre parcial de tráfico aéreo, enforzamiento de uso de cubrebocas, mantener sana distancia, evitar aglomeraciones y el posible cierre de algunas actividades comerciales, de negocios y de entretenimiento- es la mejor decisión, no decir irresponsablemente -como ya sucedió cuando inició la pandemia- “no hay preocuparnos, no hay motivos de riesgo”.Si nuevamente vamos a tratar de solucionar el problema cuando ya lo tenemos encima, será demasiado tarde para actuar. Después de más de 640 mil muertes -solo en nuestro país-, tenemos que anticiparnos. Es definitivo de que no hay una razón coherente para no tomar medidas que otros países ya han empezado a aplicar. Tenemos que tratar de mitigar el impacto que la variante del virus pueda causar a la población.Hay que preocuparnos con sentido común para evitar tragedias. Solo tenemos un 50 porciento de los mexicanos completamente vacunados y las personas mayores de 65 años no han recibido la tercera dosis. Estamos muy desprotegidos y una variante con “altos riesgos”, como dice la comunidad científica, puede traer graves consecuencias. Es por eso que no se vale que se actúe tan irresponsablemente y se atente desde la tribuna más alta del país contra la salud y la vida de los mexicanos. ¿Usted, qué opina?.