En mayo de 2018 -antes de la elección presidencial- se hablaba con mucha insistencia de uno de los temas principales en la agenda electoral de Andrés Manuel López Obrador -en aquel entonces candidato de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ -que marcaba una diferencia con sus contrincantes. Se hablaba de retirar las fuerzas armadas de las labores de seguridad y romper el ciclo de violencia a través de un proceso de paz y reconciliación, que contemplaba la posibilidad de una amnistía, donde involucra a los representantes de derechos humanos, líderes religiosos y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).AMLO prometía cambiar la estrategia de combate a la inseguridad y la violencia, que era uno de los problemas más visibles del país y por lo tanto uno de los principales retos de su presidencia, en caso de obtenerla. En ese año el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública, estimaba que 170 mil personas habían muerto por causas relacionadas con el crimen organizado y más de 28 mil desaparecieron, solo en el periodo entre 2006 y 2016.Poco más de cinco años después, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sexenio del presidente López Obrador ha superado los 156 mil 066 homicidios del sexenio anterior, a cargo de Pena Nieto -durante la administración de Felipe Calderón fueron 121 mil 613-, y esto lo posiciona como el más violento en la historia moderna de México.Y durante la majestuosa celebración del quinto aniversario del triunfo desde la plaza “donde se origina la transformación’ -según dijo la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde Lujan- la ‘cabeza del proletariado’, como el mismo presidente lo mencionó al hacer referencia al libro de José Revueltas- López Obrador dijo que “en materia de seguridad está funcionando bien nuestra estrategia de atender las causas de la violencia con el criterio de que la paz es fruto de la justicia...Hay tranquilidad social y logrado erradicar la violencia...(pausa), y que se va a lograr, ¡me canso ganso!”.Así que, cinco años después, López Obrador ni retiró al ejército de las calles, por el contrario lo empoderó más, ni tampoco rompió el ciclo de violencia, lo incrementó a niveles de récord histórico. Por lo tanto, interpretado a lenguaje popular -como él lo hace- se nos cansó ‘el ganso’.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguezdaniel.rodriguez@dbhub.net