El tijuanense Jaime Munguía se inspira en Manny Pacquiao para vencer al tapatío Saúl "Canelo" Alvarez. Así encabezaron la nota agencias. En la redacción se lee que "es un gran orgullo, una motivación más para mí trabajar donde se han forjado grandes campeones como Manny Pacquiao".El filipino perdió con Juan Manuel Márquez en la cuarta edición, fueron enfrentamientos en igualdad de condiciones. Todos en Las Vegas, y los que debió haber ganado el mexicano, pero los jueces designados por la Comisión Atlética de Nevada, lo despojaron de tres victorias. Cuidaron al taquillero.Una deferencia de Munguía para su entrenador en turno, Freddie Roach, eso parece. Como también debió tenerla para el anterior, Erik "Terrible" Morales. Es publicidad para el encuentro del 4 de mayo en Las Vegas.El desafiante del campeón mundial súpermediano CMB, AMB, FIB, OMB, recibió conocimientos del "Terrible" para cambiar su estilo. No pudo. Para Munguía ha sido imposible contener el toro que lleva en su interior, así ganó el campeonato mundial súperwelter OMB, así se mantiene invicto.De boxeo predecible pero con el éxito en sus puños, es noqueador, Freddie Roach lo entrena para presenciar lo que al tijuanense le ha funcionado.El escenario está preparado para que Saúl "Canelo" Alvarez, obtenga una victoria espectacular ante un adversario que se proyecta en igualdad de condiciones. Con el triunfo cerraría un año con grandes ventas en pago por ver, a no ser que Freddie Roach, resulte un mago y con su varita desaparezca los vicios que por años arrastra Munguía, lo más alarmante, su ínfima defensa, desprotegido, ha tenido la fortuna de no ser noqueado.En enero de 2020, Munguía sacó un sustazo a Oscar de la Hoya y Fernando Beltrán. El irlandés Gary O’Sullivan lo exhibió, lo castigó en los albores del encuentro, golpe durísimo que cimbró al mexicano, como para enviarlo a la lona. El tijuanense asimiló el castigo, y derrotó al europeo. Como esta experiencia hay más en el récord del retador de "Canelo", y las que han tenido con el corazón en la mano a sus inversionistas. Y por ahí estaré atisbando.
