Tenemos que retroceder 188 años y recordar que el 28 de diciembre de 1836 México y España firmaron el tratado de paz y amistad de Santa Maria Calatrava, donde ambos gobiernos reconocen que la guerras y las diferencias del pasado quedan en el olvido. En la parte medular del tratado España reconoce a México como nación libre, soberana e independiente, con lo que la monarquía estaba renunciado a cualquier tipo de interés o injerencia en territorio. Todo lo que había pasado era historia y coloquialmente fue un “borrón y cuenta nueva”.Ah, pero casi doscientos años después -25 marzo de 2019- se “le ocurrió” al inquilino de Palacio -Sí, el que hoy cumplirá con su ultimo día en el trabajo, que por cierto le “que le quedó grande”- enviar una carta al Rey Felipe VI de España y al Papa Francisco, para exigir perdón a los pueblos originarios de México por los abusos cometidos durante la Conquista hace 500 años. En aquel entonces López Obrador dijo en su mañanera que las misivas eran “para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos. Hubo matanzas, imposiciones. La llamada Conquista se hizo con la espada y con la cruz”.La consecuencia de esas cartas en su etapa reciente, ya la conocemos. Al Rey de España, como Jefe de Estado, no se le invitó a la toma de posesión de la nueva presidenta por no haber contestado en su momento la estúpida exigencia de pedir perdón. Obvio decir que la negativa a extender la invitación al Gobierno Español -a la ceremonia de transición- fue petición de López Obrador y avalada por Claudia Sheinbaum, quien se concretó a manifestar la esperanza de que “México y España encuentren pronto nuevas vías de entendimiento basadas en nuestras soberanías y respeto mutuo”.Un muy mal comienzo en las políticas de relaciones exteriores por parte de la administración que mañana entra en funciones, cuando con España no hay no hay desacuerdos y desavenencias en ningún sentido, al margen del imbécil e irracional exigencia de disculpa que ha provocado una molestia por parte de las altas esferas gubernamentales en España.Y para seguir “regando el tepache” -de quien menos se esperaba por la experiencia que tiene- nuestra Canciller Alicia Bárcena y en el marco de una Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, se atrevió a proponer “una reunión de desagravio” entre México y España, demostrando su ignorancia a la historia de la relaciones entre ambos países y sobre todo al Tratado de Calatrava, donde se habla de dejar en el pasado las diferencias y emprender una relación civilizada como había sucedido hasta antes del de 25 de marzo de 2019, cuando el “agraviado” y en aquel entonces flamante presidente se le ocurrió enviar el estúpido reclamo y demostrar su ignorancia. Lo bueno es que el aludido hoy termina y mañana se va a su rancho (La Ching...) donde esperamos disfrute su “retiro”.¿Usted, qué opina?