El 4 de septiembre del año pasado publique una columna titulada Trump Socialista. En esa ocasión escribí: “Dentro de los objetivos de la Administración Trump para renegociar el TLCAN, está incluida la cuestión laboral. Entre otros puntos, incluye discusiones sobre salarios. En esta materia hay un rechazo de nuestros negociadores: por decreto, dicen, no se pueden determinar los sueldos de los trabajadores. El tema es complejo. A nivel internacional se reconoce que en algunos sectores los trabajadores mexicanos tienen una elevada productividad. Sin embargo, esa productividad no es congruente con sus salarios. Ejemplo: la industria automotriz. Jim Stanford, de la Universidad de Oxford, afirma en The geography of auto globalization, que un trabajador mexicano del sector automotriz gana 3.95 dólares por hora, mientras que un estadunidense 33.2, un canadiense 40.3, en Brasil 11.4 hora y en Taiwán, US$ 7.5. Ese diferencial es visto como un “dumping salarial” y es algo que los EU y Canadá pedirán revisar. La industria automotriz es global y los bajos salarios en México no van de acuerdo con su productividad. No es extraño que Estados Unidos demande que -por decreto, por ley o como sea- mejoren los salarios para alcanzar condiciones que consideren justas para competir. No es válido el argumento que los salarios se establecen en función de las condiciones del mercado interno. En la industria automotriz los trabajadores tienen menores salarios que varios en el sector secundario mexicano. Según un estudio de la CEPAL (mayo 2016) Productividad y brechas estructurales en México, la productividad del sector eléctrico es 0.33 por ciento y del sector automotriz es 0.78. Por otro lado, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, señala que el salario diario en el sector eléctrico es de 960.61 pesos (6.67 dólares/hora).” Pues bien, ahora que los demócratas en EU tienen mayoría en la cámara de diputados el tema está volviendo con más fuerza. Según la opinión de amigos en Washington, Trump no estaría muy molesto de que los demócratas se pongan duros con este tema. Aún con las reformas a la Ley Federal del Trabajo que aborda el tema exigido por los negociadores, esto no será suficiente para los congresistas estadounidenses. De hecho, ya comenzaron a presionar. En una carta fechada el 12 de abril dirigida a Robert Lighthizer, lo elogian por su negociación del Artículo 3 del Anexo 23-A (tema laboral y libertad sindical), pero enfatizan que la aprobación del anexo no es suficiente por considerar que el cumplimiento de la ley y la libertad sindical son muy débiles en México.En su carta alegan que “Sin mecanismos veraces y eficaces de cumplimiento, de los que carece actualmente el acuerdo, las nuevas protecciones laborales y ambientales en el acuerdo no tendrán ningún efecto. Lo sabemos porque tenemos 25 años de experiencia tratando de hacer cumplir promesas hechas en acuerdos comerciales que carecían de mecanismos de cumplimiento rápidos y eficaces. Sin tales mecanismos, el acuerdo revisado no puede y no logrará nuestro objetivo compartido de reformar las reglas comerciales para ayudar a reconstruir la base del sector manufacturero de los EU, crear empleos, aumentar los salarios y abordar la desigualdad.” (Acceso a la carta completa en http://www.mitosymentadas.com/wp-content/uploads/2019/04/Carta-de-Democratas-a-USTR-USMCA.pdf). Está firmada por 85 congresistas. Es el principio, la presión aumentará. Y como mencioné anteriormente Trump no estaría sufriendo un revés político. Desde su cancha política la presión en este tema es un juego ganar-ganar. O pasa lo que quieren los demócratas o se cancela el tratado. Para algunos, en ambos escenarios se beneficiarían los trabajadores estadounidenses.