Salvador Sánchez, oriundo de Santiago Tianguistenco, se enfrentó a los mejores boxeadores de su tiempo, entre estos, Danny “Coloradito” López y Wilfredo Gómez, púgiles de época. Solo tuvo una derrota en su trayectoria. Iba por Alexis Argüello, otro histórico, pero Salvador Sánchez falleció en 1982 en un accidente carretero. Algunos de sus retadores después fueron campeones del mundo. Jamás sufrió una caída ni cortada alguna en toda su carrera por su alta técnica. “Sal” realizó una pelea en Guadalajara en diciembre de 1979 en la Carpa Pavillón de Televisa, la que instaló el promotor Jaime de Haro en la Avenida González Gallo, en terrenos donde tradicionalmente se presentaban los circos. Fue un lleno, los aficionados comprobaron la calidad de la futura leyenda. A Rafael Gandarilla, su adversario aquella noche, le ofreció cátedra y lo noqueó. Decía Rafael “La Cobra” Mendoza que estas peleas son de mantenimiento para la contienda histórica. En febrero de 1980, Salvador Sánchez viajó a Phoenix para desafiar a Danny “Coloradito” López, campeón mundial Pluma CMB, y lo hizo como víctima. Fueron 13 asaltos de boxeo mexicano, técnico, certero, contundente, elegante, destronó al estadounidense por KOT con una lluvia de cuero. La dosis se la repitió a López en la revancha. Y siguieron Rubén Castillo, Pat Ford, Juan Laporte, Roberto Castañón, Nicky Pérez, Wilfredo Gómez, Pat Cowdell, Rocky García, Azumah Nelson. “Sal” debutó en 1975, dejó su récord en 44-1, 32 nocauts. Su última pelea fue con Azumah Nelson el 21 de julio de 1982 en el Madison Square Garden de Nueva York. Muchos expertos están de acuerdo en que Salvador le habría ganado a Julio César Chávez. Salvador Sánchez-Wilfredo Gómez, Julio César Chávez-Meldrick Taylor, Juan Manuel Márquez-Manny Pacquiao, son tres peleas que paralizaron al país. Los aficionados mexicanos son expertos en boxeo, su experiencia de alrededor de 100 años los avala, esperan que pronto surja el boxeador que reúna los requisitos para elevarlo al nicho de los ídolos… Y por ahí estaré atisbando.
