En lo que se acaba de despejar la incógnita de si “Tuca” Ferretti salta del carácter de técnico interino a técnico del “Tri” a secas, se impone pasar en limpio la experiencia más reciente y desprender algunas lecciones de las derrotas sufridas en los partidos de la Fecha FIFA ante Uruguay y Estados Unidos en canchas norteamericanas… * De entrada, una cosa es que los partidos en cuestión sean irrelevantes, porque los resultados no son determinantes para efectos de una competencia formal o de una eliminatoria mundialista, pongamos por caso, y otra muy diferente menospreciarlos al extremo de considerarlos intrascendentes.Por supuesto que tienen su trascendencia. La tienen en el aspecto de la formación de los jugadores llamados por primera vez a la Selección con el ánimo de que sean protagonistas del relevo generacional que debe producirse entre Mundial y Mundial. * Sin el apoyo de la mayoría de los “europeos” que fueron -por lógica, por las tablas adquiridas en ligas de más rango que la mexicana…- pilares tanto en el Mundial de Rusia como en la eliminatoria previa; con Ochoa, Ayala, Jonathan dos Santos, Elías Hernández y Jiménez como integrantes del pie veterano, los Rodríguez, Angulo y Gutiérrez (van tres) incluidos en la alineación inicial, al igual que a los González, Alvarado, Guzmán, Lainez y Zaldívar (y ya son ocho) que entraron en cambios, evidenciaron su inmadurez, el viernes, ante un rival -Uruguay- con más oficio, más nombres y más fuste internacional.El martes, ante Estados Unidos, en un encuentro teóricamente más equilibrado, con las dos escuadras en la etapa inicial del proceso que culminará en el Mundial de Qatar 2022, no había condiciones para anticipar un favorito. Estados Unidos tenía la ventaja de ser local; México, la de haberlo hecho mejor en la eliminatoria reciente. El “Tri” alineó esta vez a un solo mundialista (Ayala), a otro central experimentado (Alanís) y a un portero con oficio pero sin experiencia como seleccionado (Hugo González), al lado de un elenco de jugadores que hacían sus primeras armas como seleccionados: Abella, Arteaga, Guzmán, Álvarez, Aguirre, Lainez, Zaldívar y Alvarado, más Angulo (nueve en total) que entraría después -lo mismo que Gallardo y Pulido, que ya mudaron los dientes- como reemplazo. * La impotencia de la etapa inicial y la forma en que se desdibujaron en la complementaria, se explican fácilmente: les salió lo verde.
