Fue durante la contienda a la Presidencia de la República de 2006 cuando el entonces abanderado panista, Felipe Calderón Hinojosa, lanzó una excelente campaña que posicionó la frase “AMLO es un peligro para México”. La citada campaña creada por Antonio Solá tuvo tal éxito que años después la frase no perdió vigencia, pues se usó en las elecciones de 2012 y 2018, aunque es ahora mismo, mucho tiempo después de que se lanzara el slogan publicitario, y cuando ya Andrés Manuel López Obrador finalmente ocupa la silla presidencial, que la frase ha cobrado no sólo sentido, sino que es una funesta verdad para este país que se encuentra en ciernes de perder el último eslabón que lo mantiene como una democracia, el Instituto Nacional Electoral (INE).El mandatario tabasqueño pretende ahora desaparecer al árbitro electoral, siendo que nos arrebató ya hace tiempo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), colocando de manera ilegal y prepotente a una presidenta a modo que ha echado por la borda el respeto que tan bien ganado tenía la institución cuando verdaderamente se encargaba de defender a los ciudadanos frente a los actos del Gobierno, y no como ahora, que se ha transformado en una gerencia más del Ejecutivo capaz de incluso servirle de intermediario para conseguir sus perversos fines de eliminar al propio INE. Con las más deleznables intenciones, el Ejecutivo envió al Poder Legislativo un proyecto de Reforma constitucional electoral evidentemente perniciosa que busca trastocar el sistema democrático mexicano y modificar las condiciones del arbitraje de los comicios electorales.Y si bien el INE es perfectible, no es el momento de dejar la puerta abierta para que se aproveche y se entregue lo que ya comentaba, es quizá la última institución que queda autónoma después que la CNDH ha demostrado su inutilidad y sumisión al Poder Ejecutivo. Por ello es que los ciudadanos de bien no podemos quedarnos callados o sin actuar para defender al órgano garante de la democracia en México y nos estamos sumando en su defensa al participar en la movilización proyectada para este domingo 13 de noviembre y que se efectuará de manera simultánea en las principales ciudades del país. Ciertamente, nadie conoce con exactitud las dimensiones que tomará la marcha en el país, lo que sí sabemos es que quizá sea una de las últimas oportunidades que tengamos los mexicanos para defender nuestra democracia que tantos años, vidas y esfuerzo ha costado en México. Se puede advertir el escozor que ha causado en Palacio Nacional el anuncio de las manifestaciones. En redes sociales se ha generado una feroz embestida en contra de quienes se pronuncian a favor de la marcha. Los ataques y ofensas están a la orden del día tanto por parte de integrantes de la Cuarta Transformación como de sus simpatizantes y miles de bots, lo que no es de sorprender, siendo que los principales ataques han surgido de la propia inspiración del inquilino del palacio, quien no ha reparado en insultos, agravios y calificativos haciendo patente su malestar, pero también su miedo por lo que pueda ocurrir el domingo. López, ha arremetido severamente en contra de los convocantes a la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral a quienes ha tildado de “clasistas”, “racistas”, “hipócritas”, “ladinos”, “corruptos”, “ladrones”, y muchos otros calificativos más. El Presidente de la República ha ofendido de tal forma y con tal furia en los últimos días a quienes participarán en la movilización que ya hay quienes lo comparan con Paquita la del Barrio. Pero más allá del señalamiento, quizá sea el momento de preguntarnos ¿Cuál es la medida para los ataques del Presidente? ¿Dónde está el límite? ¿Cuándo va a parar? ¿Quién lo va a detener? ¿Hasta dónde el Presidente de la nación puede permitirse ofender a sus gobernados? ¿Cómo queda la investidura presidencial? Sin duda, un tema que merecería mayor atención, siendo que el propio mandatario está dejando la puerta abierta para que cualquier ciudadano o funcionario le falte al respeto porque él está siendo el primero en romper esa débil línea que no se debería permitir. De hecho, no estaría mal decirle al Presidente que no debería tratar tan mal a los manifestantes, siendo que él fue uno de ellos en no pocas ocasiones cuando fue oposición y a pesar de que causó severos daños de todo tipo a la ciudadanía, gozó de privilegios y se le respetó su plantón que mantuvo por casi 50 días en Reforma, sin menoscabo de los cientos de millones de pesos que se llevó a los bolsillos.Este es pues el momento de alzar la mano para defender nuestra democracia y si el Presidente López Obrador quiere llamarnos fifís, conservadores, clasistas, hipócritas, ladinos, racistas, oligarcas, aspiracionistas, traidores, o “ratas de dos patas” -al estilo Paquita la del Barrio- puede hacerlo, porque no nos va a detener y no impedirá que salgamos en apoyo del INE.En el caso de Jalisco, la Agrupación Política Nacional (APN) “Confío en México”, que me honro en presidir, se sumará a la movilización en señal de apoyo y defensa del Instituto Nacional Electoral. Y es tal la motivación en esta entidad que hemos logrado convocar a que al menos una veintena más de organizaciones locales hicieran lo propio y se sumaran a la movilización que en nuestra entidad tendrá su punto de reunión a las afueras de las oficinas del INE, ubicadas en Golfo de Cortés esquina Isabel La Católica, en punto de las 10:30 horas. Entre las asociaciones que participarán en la movilización en Guadalajara se encuentran: AVANCEMOS APE; Agrupación Valentín Gómez Farías; 100 por Jalisco; Zapopan es de Todos AC; Unión de Transportistas del Estado de Jalisco; Mujeres Mexicanas Amando a Jalisco AC (MUMAJ); Fundación Cultural Benito Juárez; Movimiento Viva México; México Solidario; Sindicato de Trabajadores e Instaladores de Electricidad y Fontanería del Estado de Jalisco (STIEF) CTM; Unidos Transportistas y Campesinos por una Conciencia Superior (UTRACS); Instituto de Desarrollo Social e Investigación AC (INDESI); Rondalla Tapatía AC; Social Integradora Capítulo Arandas AC; Grupo Phantom; y la Red Mundial de Jóvenes Políticos, entre otras.Lo que sí hay que subrayar es que la campaña de Felipe Calderón hoy cobra más sentido que nunca:No es una exageración. No es un temor infundado. No es “llorar antes de que les peguen”. Y no es una versión para generar miedo: “AMLO sí es un peligro para México”. opinión.salcosga@hotmail.com