Se acabó la tregua. Volvimos al ritmo acelerado y al caos vial luego de reanudarse las clases, nada nuevo, lo mismo de cada fin de periodo vacacional. Lo que tampoco es nuevo pero siempre es lamentable es el registro de víctimas mortales por accidentes viales en vacaciones. Es sólo cuestión de segundos: una distracción, un parpadeo, una falla mecánica o el influjo de alcohol, todas causas probables, algunos accidentes, algunos negligencia, pero todos pueden costar la vida de una persona. El reporte del Operativo Invernal 2023-2024 registró 19 decesos en siniestros, principalmente carreteros, en sólo un par de semanas.El año que se fue dejó más de 500 pérdidas mortales en accidentes viales. Los números son desalentadores considerando que en 2022 se registraron 339 fallecimientos y entre 2019 y 2021 no alcanzaron a contabilizarse ni siquiera 300; por algo nuestro Estado se ubica en el segundo lugar nacional de víctimas por accidentes viales, sólo por debajo del Estado de México, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Según el reporte del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), el 2022 se reportaron casi mil accidentes viales diarios en todo el país, provocando más de 91 mil lesionados, es decir más de 250 personas afectadas cada día. El índice de fallecimientos es otra historia, aproximadamente 40 diarias. Por ello no es de extrañar que sólo en Jalisco se registren aproximadamente entre dos y tres decesos diarios, lo que nos coloca entre los primeros sitios en dicha métrica. Recuerdo perfecto el reporte de hace unas semanas, previo a las fiestas decembrinas: en sólo un fin de semana tres mujeres murieron en un accidente sobre la Carretera Libre a Zapotlanejo en su cruce con carretera a El Salto, la camioneta en la que viajaban se impactó contra un muro. El en otro punto de la misma arteria, un hombre y una mujer embarazada murieron por la negligencia de un conductor que atropelló a un ciclista que se encontraba en la zona de Tateposco, afuera del Panteón Municipal. ¿Común denominador? No lo creo. El segundo caso es aún más retorcido: en el vehículo que provocó el accidente viajaba la joven embarazada, se presume que se arrojó del auto en movimiento mientras discutía con el conductor antes de impactarse contra una camioneta dejando a otros tantos lesionados. El responsable huyó del lugar. Tres víctimas mortales sin justicia. Fue desgarrador escuchar las declaraciones de la viuda del ciclista. A veces es tan sencillo reducir todo a sólo números, pero detrás de cada uno de ellos hay más víctimas.Infringir el reglamento vial es una elección personal, de eso no hay duda, pero no es una decisión personal morir por la negligencia de un conductor alcoholizado o que maneja su vehículo a exceso de velocidad. Hace poco más de un año la llamada “Ley de Choques Lamineros” dio un respiro a las vialidades con la posibilidad de mover las unidades en percances de poca consideración, pero todavía no se ha encontrado una fórmula para evitar que el índice de accidentes mortales siga en aumento, sobre todo los que involucran camiones de carga pesada. La semana pasada un tráiler terminó en llamas al involucrarse en un accidente con otras unidades sedán en la Carretera Guadalajara-Tepic; el fin de semana la carretera que va de Acatlán de Juárez a Ciudad Guzmán quedó bloqueada totalmente al chocar de frente dos tráileres, uno de ellos terminó en llamas por la carga flamable que llevaba. ¿Habrá regulación que desacelere el índice de accidentes carreteros? Está por verse. Lamentablemente vivimos en una metrópoli polarizada y esquizofrénica que se empeña en mostrar un corazón de la ciudad inclusivo y resiliente: con rampas, ciclopistas, un inteligente sistema de ciclopuertos y arterias de tránsito deprimido para el disfrute a pie.¿Hacia dónde irá el desarrollo? ¿Dejaremos de mirar al peatón para mirar sólo al automóvil? Yo espero que no, porque en esta ciudad y en todas, todos somos peatones.
