Es un concepto infinito comprendido en el pronunciamiento de Sócrates: “Conócete a ti mismo”, perdurable durante milenios pasados y vigente en México por las próximas elecciones.Hemos escuchado múltiples propuestas en debate, dirigidas al convencimiento del elector por el candidato, pero queda soslayada la expresión de Responsabilidad del elector para depositar su confianza en aquel que le convenza, más que todo, envuelta en el derecho de secrecía, expuesto por el Instituto Nacional Electoral (INE).Es prudente, y asumo, el particular acopio de responsabilidad más allá del voto llevando la reflexión al seno propio y de la familia donde reside el principio de la educación con expresión del ejemplo mediante comportamiento digno.Sin embargo para bien cabría, de parte de las autoridades, influir en el INE para realizar el protocolo incluyente de la responsabilidad individual a partir del comportamiento en el ciudadano hacia la Responsabilidad Social, conducente a identidad con dignidad diaria, dentro y fuera de casa, taller u oficina. Resulta necio escuchar polémicas relativas desde el avión presidencial, taxi aéreo y el nuevo aeropuerto en la Ciudad de México o el muro en Estados Unidos aledaño a la frontera. En tanto, la criminalidad con desaparecidos no disminuye a pesar de los esfuerzos del sistema jurídico alentando manifestaciones que dificultan más la movilidad urbana.Temas para el gran debate entre los aspirantes a la presidencia, legislaturas y gobiernos estatales deben integrar seguridad, educación y salud, para sustento de infraestructura sustentable con promoción de inversiones nacionales y extranjeras, procuradoras de trabajo con retribución suficiente para alejar el desempleo y el crimen que fomenta la ocupación en la nefasta violencia.El territorio nacional comprende comunidades urbanas rurales con diferencias particulares, adolescentes de seguridad. Algunas, en grado peatonal o vehicular donde se ha perdido el respeto y la solidaridad para el aprecio a la responsabilidad. Comprendemos el riesgo permanente en todos los niveles de la sociedad, con sentido creciente, del que dan cuenta los medios de comunicación, sin alcanzar solución o al menos reducción. De ello dan cuenta los medios, incluyendo las redes sociales nefastas en su generalidad, sirviendo más para la distracción que para la generación de cultura constructiva.El concepto de responsabilidad permanece ausente. En el primero de los debates sólo prevalecen discusiones de faltas y omisiones plagadas de complicidad y corrupción, conducentes a obtener la complacencia del voto fincado en simple empatía con promesas carentes del sustento, acerca de cómo lograr la superación social con una economía sana de población responsable en el desempeño de su actividad, puesto que la palabra responsabilidad no se escucha en los discursos con promesas sustentadas en propósitos difíciles de alcanzar en paz y libertad.DR
