Casi por unanimidad de todas las fuerzas representadas en el Congreso de la Unión, diputados y senadores aprobaron la Reforma Laboral, alabada por juristas y legisladores de contener cambios históricos en la justicia laboral y en el mundo sindical mexicano.La crítica más común a esta reforma, que ya está en manos del Presidente Andrés Manuel López Obrador para su publicación y entrada en vigor, es que se aceleró su aprobación para cumplir con las demandas de legisladores y el Gobierno de Estados Unidos, quienes exigieron reformas al marco laboral mexicano a fin de aprobar, en el Legislativo estadounidense, el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte, revisado y firmado el año pasado.Entre los detractores de dicha reforma se encuentran dirigentes de las organizaciones sindicales charras corporativas, quienes se encuentran en riesgo de perder el control que durante décadas han ejercido sobre la clase obrera mexicana.Juristas como José Ramón Cossío destacaron que la Reforma Laboral, y decisiones jurídicas tomadas por la Corte en los últimos años, ayudarán a desmontar el corporativismo sindical que fue un puntal para los gobiernos priistas.Otro jurista, Miguel Carbonell, celebró varios cambios que contiene la Reforma Laboral: destaca que la justicia pasa de las Juntas de Conciliación al Poder Judicial; la aceleración de trámites y procedimientos en conflictos laborales; la creación de un Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral; la obligación a los sindicatos a tener constancia de representatividad y a elegir a dirigentes mediante voto secreto; las dirigencias sindicales ya no se pueden eternizar en los cargos y deben rendir cuentas a sus agremiados.Una de las grandes omisiones de la reforma es que no se tocó el régimen laboral bajo la figura del outsourcing, una relación laboral creciente y que para muchos constituye un régimen de excepción al negar en la práctica los derechos laborales establecidos en la Constitución y en las leyes. Según se comprometieron los coordinadores parlamentarios de Morena, el tema del outsourcing será discutido posteriormente, dando a entender que por ahora urgía sacar la reforma para cumplir con las exigencias del Gobierno de Estados Unidos.Legisladores oficialistas, como el senador Napoleón Gómez Urrutia, afirmó que la reforma propicia la democracia sindical, en tanto que otro senador de Morena dijo que, con la reforma, “la clase trabajadora se quita los grilletes”. Está por verse. Los legisladores oficialistas echan las campanas al vuelo y piensan que por aprobar esta ley, el caduco y corrupto sistema corporativo charro se vendrá abajo.No será fácil que miles de representantes sindicales formados en el viejo charrismo sindical, dejen de un momento a otro los privilegios, riquezas y puestos de poder que les dieron el control sobre la clase trabajadora mexicana.De otro lado, todo apunta a que grupos y dirigentes sindicales, bajo el paraguas de Morena, tratarán de crear corrientes y sindicatos afines al Gobierno de la autollamada Cuarta Transformación, pero en esencia cumpliendo el mismo rol de control y correa de trasmisión entre el Gobierno, los patrones y la clase trabajadora.Al final, como ya lo sabían los clásicos líderes de la clase obrera, la emancipación de los trabajadores será obra de los mismos trabajadores, o no será. No será por decreto o reformas laborales que los obreros se emancipen y cuenten con autonomía sindical y política.