A Lorena, con mucho cariño¿Qué tengo que agradecerle a Aristóteles Sandoval? En primer lugar que haya tenido la calidad de recuperar el estado de Jalisco, después de tres gobernadores contrarios a nosotros, dos de los cuales resultaron en verdad nefastos. Se salva de mi arremetida el segundo de ellos, el más parecido a los nuestros.Cabe destacar que, a diferencia del Presidente con el que coexistió, él se mantuvo alejado del PAN. No valieron las presiones de Los Pinos que pueden considerarse verdaderas traiciones a México. Nuestro gobernador se mantuvo firme. Lo hizo sin alharaca pero con exitoso resultado.Ante el enorme desgarriate financiero, político y social que le legaron, no solo reencausó al estado, sino que incluso logró emprender, con el reconocimiento de propios y extraños, un aguzado proceso de innovación general. He de agradecerle el orgullo que despertó en mí. Después de haberlo conocido como preparatoriano y hasta de haberlo cobijado para que preparara alguna materia, lo vi crecer con el cariño de lo que nos resulta tan cercano: como regidor, diputado, presidente municipal y gobernador.No puedo olvidar aquel atardecer en la glorieta de la Minerva cuando recibimos la noticia de que habíamos ganado la gubernatura…En verdad, y así lo escribí, sentí que se abría una época mejor para Jalisco. Si a la postre no lo fue tanto, en gran medida se debió a Peña Nieto y compañía.Confieso que no esperaba tener ninguna chamba. Me alegraba tener un futuro mejor que el pasado inmediato. Pero un día que merodeaba por Palacio de Gobierno en una diligencia profesional, me lo topé en el pasillo: me agarró del brazo y casi me arrastró a su oficina. Ahí me preguntó por qué no quería estar en su gobierno… ¡Había declinado a una tercia de ofrecimientos!- Te voy a pedir un nombramiento, le dije un poco asustado.Me miró con azoro y me contestó con un dejo de duda:- ¡Si puedo, cuenta con él!Mas abrió los ojos cuando le dije:-Quiero ser Cronista del Estado.Me respondió que tal empleo no estaba en la nómina y le respondí que precisamente por eso se lo pedía, pues era condición no percibir un solo peso.Entonces me miró con picardía e inquirió cuáles serían mis obligaciones: “Escribir una historia general de Jalisco”, le dije.Era tramposo, pues en ese momento la doctora Angélica Peregrina y yo la teníamos muy avanzada…Efectivamente, estuvo lista a tiempo para que el propio Aristóteles presidiera la rumbosa presentación en Palacio. Qué diferencia de los cronistas de Guadalajara que, en tantos años, no han dado golpe…Después Aristóteles se fue de Jalisco, pero recientemente estaba encabezando una corriente para que el PRI enderezara el barco y recuperara su ideología “Revolucionaria”. Quedó pendiente la reunión para sumarme…¡Descanse en paz! que nosotros viviremos con la zozobra, la indignación y el dolor.