En días pasados, cuando todo se volvía elogios y aplausos para felicitar a los papás, me quedé pensando en lo estropeada que está en la actualidad la figura paterna, y por consecuencia la familia y la sociedad.Hace ya muchos años, cuando estudiaba, surgía la pregunta: ¿qué mundo estamos preparando para heredar a nuestros hijos? ¿qué futuro les podemos ofrecer desde nuestro hoy?Porque una cosa es hablar, decir, regañar o proclamar palabras al aire, y otra cosa es trasmitir con la vida y con el ejemplo la base de una vida próspera, digna y basada en sanos principios.¿Educación, lecturas, ejemplos? Tenemos que decir que de verdad, son muchos los buenos, pero en un porcentaje muy alto, no siempre son lo mejor.En cambio llenamos la mente y el corazón de vulgaridades: Es verdaderamente alarmante ver las carteleras cinematográficas y los enlistados de películas que los medios ofrecen en la forma más fácil. Películas excesivamente violentas en las cuales se gastan miles de litros de pintura para crearnos la fantasía de sangre que corre a raudales. Y en temas donde los delitos son el plato fuerte de la trama.O las telenovelas, a base de intrigas, adulterios, crímenes que luego los actores y espectadores traducen a la vida como lo más normal, se besan y se matan, se estafan y roban no sólo los bienes, sino lo hasta lo más sagrado.¿Y son estas las vidas ejemplares que exhiben como modelo lo que debería abochornar?Porque es un hecho, las principales lecciones que los padres trasmiten a sus hijos en familia proceden desde la propia vida. Enseñanzas que apoyarán a la persona en su rectitud moral desarrollando el sano concepto de bien y de mal.Pero la necesidad de comunicación innata en todo ser humano es aprovechada tendenciosamente por un aluvión de noticieros que nos empañan la visual con espesas cortinas de humo donde nos presentan sectas secretas y sus barbaries tan fuera de sentido humano, que al final no sabemos si son verdad o si es el guión de una de esas telenovelas con las cuales pretenden idiotizarnos, o si es impune todo tipo de atrocidades.Que tampoco son inverosímiles, porque ya es bien sabido que en nuestro mundo, a lo largo de toda la historia han existido cosas verdaderamente absurdas. Y siguen existiendo, no muy lejos de nosotros.Pero también en el bosque, entre yerbas ásperas y venenosas, florecen verdaderas hermosuras que son las que todavía nos dan una razón válida para creer y esperar en un renacer de valores morales que todavía pueden hacernos resurgir de un inminente caos.Esta es la misión más grande de ser “padres”, no sólo proveedores, sino educadres.Pidamos a nuestro Padre Dios, Creador y Señor de nuestras vida, que oriente nuestros pasos por la senda de lo bueno y lo mejor…PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS…