Debo reconocer que he escrito toda mi vida, o sea muchos años, sin embargo no he podido saber por qué lo he hecho. En lo íntimo siempre afirmo que no quiero publicar, pero me han sido publicados una docena de libros por diferentes editores, yo nunca he editado ningún libro que yo haya escrito, porque yo sostengo que la Virgen de Zapopan no paga sus cuetes, de tal manera que siempre han sido otras personas o instituciones que por la razón que usted quiera pero yo supongo que les ha ido bien porque todos se vendieron o cuando menos son difíciles de conseguir.Una vez García Márquez declaró que hasta antes de esa maravilla que es cien años de soledad sus ventas eran muy limitadas y eso hace que los demás tengamos esperanza de tener un éxito editorial. De mis doce libros publicados a mi el que más me gusta es “Crónicas de familia” de la Editorial Salto Mortal, por ahí por 2014 y créame que a mi me ha dado mucho trabajo conseguir un ejemplar cuando lo he intentado.Sin embargo no es por falta de obra escrita, tengo 3 novelas terminadas: El enano, La muerte de Isabel, que de algún modo están relacionadas y otra que se llamara. Me he saciado de horrores, tengo cuando menos tres libros de cuentos, entre los que luce uno llamada gente paisajosa pero de todos estos no ha habido hasta ahora una oferta seria de edición.Lo más profesional a lo que he llegado es a encontrar alguno de mis libros en un tiradero de libros usados un ejemplar, así que si no es eso, la causa debe ser otra y si a eso le agregamos los artículos periodísticos pues otra será la causa, yo he concluido que escribo, fundamentalmente porque me gusta mucho platicar y si no tengo con quien charlar pues el papel no se raja.Me chocan los libros en que los políticos escriben sus puntos de vista. No dudo de ellos, sencillamente no les creo, no me opongo a que lo hagan ni los juzgo simplemente no me gustan, y no me importan en ningún sentido sus opiniones y posiciones.Tampoco me gustan los libros que narran muertes y accidentes, vamos, la nota roja. Historias de muertos, enterrados y azotados, vamos no me gusta la llamada nota roja, pero no quiero que nadie pretenda imponerme sus opiniones o gustos y desde luego yo no quiero imponer las mías.Pero lo ideal es que esta plática sea eso: una plática entre varios, no un monólogo, para eso me pongo en un espejo a charlar, los espejos son buenos para oír pero son muy malos conversadores y para mí son por su simple charla una fuente maravillosa de inspiración y mejoran notablemente las relaciones humanas y lo que sale de ellas por conducto de los sueños.@enrigue_zuloaga