A unos les acusó sorpresa, a otra indignación, otros tantos festejaron, pero el nombramiento de Raúl Padilla como Coordinador de Enlace con la Comunidad Cultural en la campaña en Ricardo Anaya no pasó desapercibido. Para efectos prácticos será él quien encabece el proyecto cultural del Frente. Más allá del cotilleo, que sin duda se pone divertido, hay dos frentes, valga la redundancia, que hay que observar: la participación de Raúl Padilla en la política nacional y el impacto que tendría, la hoy todavía lejana posibilidad, que ganara Anaya, en el grupo político de la Universidad de Guadalajara.No es la primera vez que Raúl da un paso al frente en la participación política. Lo hizo como diputado local en la legislatura LV (1998-2001) con mucho protagonismo, pero con igual desgate político. Nunca volvió a ser candidato a nada e incluso después de ello desistió en la idea, que rondó un buen tiempo por su cabeza, de buscar la gubernatura del Estado. Sin embargo, es la primera vez que lo hace en la política federal. Ahora sí que cuando lo invitaron él no quiso (Zedillo le propuso ser subsecretario de Educación Superior para que dejara la rectoría antes de terminar su periodo) y cuando quiso no lo invitaron (los rumores de que podría ser secretario de Cultura en este sexenio fueron generados por el propio equipo de la Universidad de Guadalajara, pero en la Ciudad de México nunca fue de los candidatos fuertes).Participar activamente en el Frente lo hace candidato natural a secretario de Cultura en el caso de que ganase Anaya, pero aun perdiendo habrá ganado en presencia nacional. Padilla es sin duda un personaje de la cultura en Guadalajara y entre los sectores intelectuales de la Ciudad de México, pero este nombramiento, gane o pierda el Frente, lo coloca ya como un personaje nacional.Por otro lado, parafraseando a las aeromozas, en el remoto caso de una despresurización de la cabina y que Raúl se convierta en secretario de Cultura, se va a requerir oxígeno suplementario, pero, sobre todo, cuadros suplementarios. Si algo ha caracterizado al Grupo Universidad como expresión política es que a la sombra de Raúl Padilla los cuadros no crecieron; hay muchos buenos operadores, pero muy pocos decisores. Si es el caso, a la Universidad le vendría abrir las ventanas y ventilarse, pero sobre todo buscar nuevas formas de gestión, ya no a partir de un hombre fuerte sino de una institucionalidad fuerte.Por donde se vea para Jalisco es una buena noticia que Padilla haya dado el paso al Frente y esté en las ligas nacionales.