Lo primero que habrá que celebrar fue que a pesar de la atmósfera de encono y confrontación que ha escalado en los últimos meses y se agudizó en los últimos días por el intercambio de señalamientos entre autoridades del Gobierno del Estado y de la Universidad de Guadalajara, la multitudinaria marcha de ayer terminó en saldo blanco y estuvo exenta de desmanes y destrozos. Bien por la civilidad mostrada por estudiantes, trabajadores y maestros universitarios, y bien también porque del gobierno no cayeron en la tentación de infiltrar la protesta para crear conflictos artificiales. Enhorabuena por haber honrado así, de ambas partes, el derecho a la libertad de manifestación y expresión. Ojalá estas muestras de madurez cundan y sirvan como primer paso para desactivar el conflicto y buscar los acuerdos que hoy lucen lejanos.De entrada, que diluyan la guerra de cifras con la que inició el post debate de la megamarcha. Mientras que para el rector general de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí, se logró la meta de superar los 100 mil manifestantes, desde su gira por el interior del Estado, el gobernador Enrique Alfaro creyó en el cálculo de sus dependencias que quedó en 46 mil. Y no sólo eso, sino que en tono burlón reviró que la marcha más grande de la historia ha sido la que él encabezó como candidato a la gubernatura.El episodio de la megamarcha convocada por la UdeG para protestar por la quita de recursos, por más presupuesto, por el respeto a la autonomía universitaria y por el respeto a la división de poderes abre varios frentes o rutas que transitar. Habrá que ver cómo se traduce el anuncio del rector general de que la UdeG buscará ser el factor de equilibrio y contrapeso ante un gobierno estatal que gusta de tener bajo control al Poder Legislativo y al Poder Judicial.Se abre también la incógnita del futuro de la que parecía una muy sólida relación entre el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, y el alcalde de Zapopan, Juan José Frangie, y que al menos ayer apareció dividida cuando el presidente tapatío sí se unió al desplegado de alcaldes metropolitanos que advertían a la UdeG que la dejarían de apoyar y contribuir en sus proyectos si continuaban sus protestas, mientras que el presidente zapopano fue el único que no se sumó. ¿Le costará a Frangie represalias del gobierno alfarista haber mantenido su postura de solidaridad con el líder del grupo UdeG, Raúl Padilla, que hasta la semana pasada también había mantenido Lemus y a la que, en estos momentos críticos que trajo la marcha, ya pareció renunciar? Finalmente habrá que ver si desde el púlpito presidencial de la rueda de prensa mañanera, Andrés Manuel López Obrador, que ha tenido diferencias tanto con Alfaro como con Padilla, hoy vuelve a embestir contra alguno de ellos, e inclina así la balanza hacia alguna de las partes. Veremos.jbarrera4r@gmail.com