La edición 2022 del Foro de Davos fue atípica. Rusia fue vetada y expulsada. China no asistió. Ucrania acaparó la conversación. Se diluyeron los otros temas y las otras geografías. También se diluyó el optimismo: las elites del capitalismo mundial están pesimistas. El profesor Klaus Schwab, organizador del evento, le puso palabras al sentimiento, en el discurso de clausura: el mundo se encuentra en un punto de inflexión, el sistema de cooperación internacional enfrenta los mayores riesgos desde la Segunda Guerra Mundial.La globalización como la conocimos está en riesgo, claman en Davos y suenan las alarmas. Es extraño el timing de esta alarma, ¿no debió haber sonado antes?, ¿no se supone que el Foro Económico Mundial es un espacio que anticipa el futuro?, ¿dónde quedó su bola de cristal?Es la invasión de Rusia a Ucrania, pero también la crisis alimentaria, el proteccionismo, la irrelevancia de los organismos multilaterales de cara a las crisis... el riesgo de inestabilidad social que deriva de las alzas en los precios de los energéticos y la comida. Se habló mucho de las cuatro crisis y la directora del Fondo Monetario Internacional hizo todo lo posible para convencernos de que una recesión global no es inminente. No tuvo éxito, a juzgar por la forma en que los principales medios reprodujeron su conferencia. Las palabras FMI, recesión y Kristalina Georgieva están asociadas a Davos en los motores de búsqueda.En el Foro Económico Mundial están preocupados por el riesgo de estallidos sociales, pero hay que aclarar que están preocupados a su manera. Sri Lanka es el primer país que “estalla” con protestas en 2022. No fue tema de conversación en Davos, porque los asistentes al foro prefirieron referirse a riesgos sociales en abstracto. Sonaba raro eso de volver protagonista a un país cuya crisis importa muy poco porque no representa riesgo sistémico. Sri Lanka, antes Ceilán, tiene apenas 21 millones de habitantes y está situado al sur del subcontinente indio, en un rincón del planeta. Es famoso por la calidad de algunos productos como canela, té, café y coco, pero el abasto mundial de esos productos no está en riesgo.En Davos 2022 no hubo representantes del gobierno mexicano. Esto contrasta con lo que ocurría en sexenios anteriores, donde los presidentes mexicanos participaban dos o tres veces por sexenio. Cuando no iba el presidente, el secretario de Economía encabezaba la delegación que incluía un contingente numeroso de funcionarios de ProMéxico. La fiesta mexicana era uno de los eventos importantes fuera de la agenda oficial.¿Nos perdimos algo con la ausencia de una delegación mexicana? Es difícil decirlo, entre otras cosas porque algunos de los frutos de asistir a estas reuniones se cosechan algún tiempo después. Lo que sí, es que hay quejas de los representantes de algunos países no europeos que asistieron: Ucrania se llevó toda la atención. Era muy difícil hablar de otra cosa que no fuera Ucrania, se lamenta Samir Saran, jefe de un Think Tank con sede en Delhi, en India. Samir Saran habla con Axios, un sitio de información estadounidense en línea. Expresa su preocupación que lo ocurrido en Davos 2022 se vuelva una constante en otros foros internacionales: que no haya espacio para las crisis que están ocurriendo fuera de Europa; que no haya lugar para otros temas que no sean los derivados de la invasión de Rusia a Ucrania. No se ha logrado un apoyo de 40 mil millones de dólares para la crisis climática por parte de Estados Unidos, observa Saran. Esa cifra es el monto que el Tesoro estadounidense liberó en fast track para apoyar al gobierno ucraniano y su resistencia frente a los invasores.¿Hubo una estrella en el WEF 2022? La jornada inaugural puso el escenario a disposición de Volodimir Zelenski, pero el presidente de Ucrania no entregó un discurso diferente a lo que ha venido diciendo. No se necesitaba ir a Davos para ver un video de Zelenski pidiendo ayuda al mundo. La sorpresa corrió a cargo del canciller alemán, Olaf Scholz. El sucesor de Angela Merkel disipó cualquier duda sobre la posición alemana frente a Rusia: su país está comprometido en eliminar cuanto antes las importaciones de gas de Rusia y está dispuesto a sostener o incrementar el apoyo de armas a Ucrania. El mundo democrático no puede permitir que Putin gane esta guerra, dijo en la jornada de clausura.¿Qué sabor de boca nos deja el WEF de Davos 2022? Es obvio que las elites del capitalismo europeo están más que preocupadas por el estado del mundo. Es una preocupación intelectual y emocional o emotiva. La duda cabe: ¿serán más productivas sus preocupaciones de lo que fue su optimismo en años pasados?lmgonzalez@eleconomista.com.mx