El lunes ocurrió algo inédito. Mientras familiares protestaban frente a Casa Jalisco por la desaparición de los jóvenes primos Kevin Ulises y Elena Janetzy, esta última llamó al celular de su madre. Los medios grabaron la conversación. En la comunicación de dos minutos, Janetzy, lacónica y cortante, solo refirió que estaba en Tomatlán, que le habían prestado un teléfono e ignoraba el paradero de su primo Kevin Ulises. Esa llamada llegó después de estar ocho días desaparecida. Una hora más tarde, la fiscalía estatal informó que la joven había sido localizada en Boca de Tomatlán, en Puerto Vallarta. Compartió una foto de ella, sin más detalles. Kevin Ulises sigue desaparecido. Las protestas continuaron ayer. En una breve entrevista por la madrugada, la madre de Janetzy dijo que su hija narró cómo “le taparon su cabeza con algo negro y se la llevaron”. Muy angustiada, sin dejar de llorar, preguntaba por su primo. La familia no habló más con la joven. Ayer por la tarde aún declaraba en la fiscalía en una comparecencia que mínimo acumulaba unas diez horas. El relato oficial se ha centrado en responsabilizar a los dos jóvenes para sugerir una ausencia voluntaria. La mañana del lunes, el fiscal reforzó esta línea al indicar que descartaban una privación ilegal de la libertad o cualquier método violento en la doble desaparición. La llamada de Janetzy es una extraordinaria coincidencia que reforzó el relato oficial. Su posterior localización, con datos mínimos sobre su ubicación como “Tomatlán” y “una caseta de taxis”, permitieron, increíble, dar con su paradero al instante. Una reconstrucción de lo que declararon en días previos familiares de los desaparecidos muestra un rompecabezas distinto. Los padres de ambos recibieron amenazas, telefónicas y vía redes sociales, así como la exigencia de dinero a cambio de información sobre los jóvenes. Un video muestra cómo el 29 de julio, día de la desaparición de Kevin Ulises, un desconocido recogió al muchacho a metros de su casa. Según la familia, parece que el individuo porta un arma en la cintura. El joven agacha la mirada y arrastra los pies, en actitud de sometimiento. La leva criminal de jóvenes por medio de ofertas apócrifas de trabajo en redes sociales es un fenómeno cuya existencia ha reconocido el propio fiscal. Los padres de Kevin Ulises y Elena Janetzy están convencidos de que sus hijos han sido víctimas de un delito y retenidos contra su voluntad. De ser así, importa poco si su partida fue voluntaria o no. ¿Qué pasó con Kevin Ulises y Elena Janetzy?jonathan.lomeli@informador.com.mx
