Ha llegado el tiempo de reconocernos. O de realmente conocernos. Durante la pandemia ingresó a trabajar al jardín común del condominio horizontal que habitamos un nuevo y joven jardinero.Manuel.Ciertamente lleva más de un año trabajando para nosotros.Sin embargo, desde que ingresó, y reglas del condominio, siempre ha sido obligado a llevar cubrebocas.Así lo conocimos, así platicamos con él y así hemos convivido todo este tiempo.Siempre con cubrebocas.Algo similar ha ocurrido con Ricardo, un compañero de la estación de radio donde tenemos dos noticiarios todos los días.Nunca nos habíamos visto sin cubrebocas.Sin embargo, y conforme han ido a la baja los números de casos positivos por COVID y las muertes, poco a poco se han ido relajando las medidas sanitarias y entre ellas el uso del cubrebocas.Y vaya sorpresa que me he llevado.Ya en un par de ocasiones he visto sin cubrebocas tanto al joven jardinero Manuel como al compañero Ricardo de la radio, y lo que más me ha llamado la atención es: ¡Su nariz!Y no es que tengan narices exageradamente grandes; lo que ocurre es que durante todo este tiempo inconscientemente fui construyendo un rostro completo imaginando la parte que ocultaba el cubrebocas y que es más de la mitad de la cara.Y al momento de ver el rostro real la imagen no coincidía porque la nariz es mucho más grande de lo que yo imaginaba bajo el cubrebocas.En ambos casos.Y seguramente esto les está pasando a muchas personas.Nos estamos reconociendo o apenas conociendo personas bajo el cubrebocas.Y es que conforme vayamos poco a poco dejando atrás su uso seguramente estaremos reconociendo o conociendo gente a la que no habíamos visto “completa” en los últimos dos años.Aunque hay muchas personas, sobre todo mujeres, que tienen la gracia de sonreír con los ojos, ahora tendremos nuevamente la oportunidad de ver sonrisas.Y eso vale la pena.Asimismo estamos retomando el contacto personal: han vuelto los apretones de mano, los abrazos y seguramente pronto estarán de regreso los saludos de beso.Son los símbolos inequívocos de que la pandemia, por fin, va quedando atrás, con todos los aprendizajes que nos ha dejado durante estos poco más de dos años.No seremos los mismos que antes del COVID, porque muchos hábitos se transformaron y encontramos que son buenos, pero volverá el contacto más próximo como seres humanos y eso ya urgía.Y seguiremos descubriendo más narices.platapi@hotmail.com
