No es cosa menor. Imagine lo que significa que el mismísimo Presidente de la República con todo el poder que ha logrado reunir gracias al apoyo mayoritario de la población amenace directamente a sus adversarios desde la hoy máxima tribuna que es la conferencia mañanera de todos los días.Desde esa tribuna donde no hay diálogo ni replica levantó su espada para señalar a los hoy por hoy sus peores enemigos: los diputados de oposición que en bloque votaron en contra de su Reforma Eléctrica impidiendo así que siguiera adelante, y contra un periodista como Carlos Loret de Mora que ha hecho públicas las investigaciones sobre varias irregularidades de gente cercana al Presidente empezando con su hermano Pío que recibió irregularmente fondos durante la campaña presidencial y culminando con el hijo José Ramón que fue exhibido por la forma ostentosa de vivir en Estados Unidos en una situación que ni se ha podido ni se podrá aclarar.Sin duda hablamos de los dos golpes más fuertes recibidos por el Presidente López Obrador porque si bien es mucho más delicado para su Gobierno el desencuentro y ahora pleito legal entre el fiscal Gertz Manero y el ex consejero jurídico Julio Scherer no es tan sabroso a nivel medios de comunicación como esos dos posibles casos de corrupción en el círculo más cercano del Presidente.Por eso la reacción ha sido extralimitada y temeraria.Es terror.Ha acusado a los diputados opositores de traidores a la patria y se ha encargado de recordar con base en la ley como se castiga a los traidores: hasta 40 años de prisión. Además ha perfilado al partido oficial en voz de su presidente nacional Mario Delgado a exhibir públicamente a esos diputados como enemigos del lopezobradorismo jugando con fuego porque suena atractivo para los más fanáticos seguidores del Presidente tomar cartas en el asunto y arremeter violentamente contra esos diputados.Y en el caso de Loret de Mola desde esa misma tribuna ha amenazado con dar a conocer el origen y destino de sus recursos violando cualquier tipo de confidencialidad en la información y también señalándolo como enemigo del régimen y hacerlo posible presa también de los fanáticos.De miedo.Muy caras le están saliendo a la democracia esas dos derrotas del Presidente López Obrador y si consideramos que históricamente a estas alturas del sexenio (cuando faltan poco más de dos años) empezó el declive del poder de sus antecesores se avecinan tiempos muy difíciles de exabruptos, amenazas e incluso acciones en las que es muy probable que todo el país salga perdiendo.Los afectados serían tanto morenistas como opositores.platapi@hotmail.com
