Roma es una ciudad con tal densidad histórica que cada centímetro de su suelo guarda restos de algún momento de los milenios transcurridos ab urbe condita. Y si se va hacia abajo, se llega hasta los estratos donde la historia ya no se distingue de la mitología.Se dice que la fundación de Roma fue el 21 de abril del año 753 antes de Cristo (ahí arranca el calendario romano), y que el fundador, Rómulo, mató a su gemelo Remo por haberse metido en el perímetro que trazó arando un surco para delimitar su futura ciudad. Es muy conocida la leyenda de los dos infantes salvados del río Tíber y alimentados por una loba, y precisamente esa imagen, la estatua llamada la Loba Capitolina, es el símbolo de Roma. Los gemelos serían semidioses, hijos de Marte y una vestal, y bisnietos del troyano Eneas. Pero vale la pena repasar las distintas y complicadas versiones que han dado los autores clásicos sobre los dos personajes.Para los historiadores, sí existió un Rómulo, primer rey de Roma, al que se debieron la organización y el sistema de gobierno de la ciudad, así como numerosos hechos de armas. Pero su muerte vuelve a enredarse en la leyenda: o bien sus enemigos lo mataron y lo partieron en cachitos que dispersaron a los cuatro vientos, o bien fue arrebatado al cielo (y se asimiló a la figura del dios Quirino, patrono de los romanos). En cualquiera de los dos casos, no podría haber habido una “tumba de Rómulo”.Pero la noticia de la semana que termina ha sido en todos los medios, precisamente, que los arqueólogos “descubren la tumba de Rómulo” en el Foro Romano, bajo el pórtico de la Curia Julia, sede del Senado: un sarcófago vacío (literalmente: un cenotafio) y un altar redondo, ambos de piedra volcánica y labrados en el siglo VI AC. Al uso de las noticias falsas tan populares hoy en día, ésta es mentira por partida doble: lo que se encontró no es una tumba, y además ya se sabía de su existencia desde hace mucho tiempo. Lo cual no quiere decir que las excavaciones y los estudios hechos a lo largo del último año no tengan importancia, pero hay que rascarle un poco más a los comunicados oficiales para entender de qué se trata en realidad.En una rueda de prensa el viernes 21 de febrero, la responsable del proyecto, Patrizia Fortini, y la directora del Parque Arqueológico del Coliseo, Alfonsina Russo, recalcaron que no se trata de “la tumba de Rómulo”, aunque sí de un monumento funerario donde los antiguos romanos rendían culto al fundador: “un lugar de memoria de los orígenes de la Ciudad Eterna”, dijo Russo. Y, en segundo lugar, que la excavación original, basada en las fuentes literarias latinas y perfectamente documentada, la realizó el arqueólogo Giacomo Boni a principios del siglo XX. Luego, en la década de 1930, a raíz de unos trabajos de restauración, se tapó el acceso a esa oquedad.Este proyecto de excavaciones, que ha contado con las ventajas de los nuevos avances tecnológicos, terminará el próximo verano. El monumento a Rómulo y los elementos que se sigan encontrando serán abiertos al público en 2021.