En reciente comunicación mañanera, el Presidente AMLO nos ilustró con otro de sus abundantes disparates. Dijo que hablemos de desarrollo en vez de crecimiento, de bienestar en vez de PIB y de crecimiento espiritual en vez de material.Estamos conscientes que nuestro Presidente carece, entre otras muchas carencias, de facilidad de expresión, lo que científicamente se conoce como dislalia, por lo que es conveniente que tuviera un vocero, como ya lo han hecho anteriores administraciones y, nos explicara que lo que quiso decir AMLO, que en vez de PIB hablemos de bienestar. Para el efecto debemos recordar, el PIB es la suma del producto que generan todas las actividades primarias, secundarias y terciarias. Es la suma de los valores monetarios producidos en bienes y servicios y se mide por periodos de un mes, tres meses y un año, con información recopilada por el Inegi. Para el efecto, no se toman en cuenta las importaciones.Se consideran actividades primarias la agricultura, la cría y explotación de animales, el aprovechamiento forestal, y la pesca.Las actividades secundarias son: minería, construcción, manufactura y generación de electricidad.Las actividades terciarias son todas aquellas que están dedicadas a producir servicios como la hotelería y restaurantes.En cuanto a que dejemos de hablar de crecimiento y hablar mejor de desarrollo; por crecimiento podemos entender un concepto medible en porcentajes comparando un período con otro anterior y por desarrollo económico se puede definir como la capacidad de los ingresos para crear riqueza a fin de mantener la prosperidad, por lo tanto, el desarrollo es una etapa que favorece el crecimiento.Por lo que se refiere a los conceptos de espiritualidad en vez de materialidad, estos son antagónicos, los bienes materiales sirven para cubrir las necesidades físicas de las personas, casa, comida, sustento, salud, trabajo y los bienes espirituales son para fortalecer los valores intangibles del ser humano, como la moral, la bondad, la diligencia, el amor, el carisma, etc.Ahora bien, los valores espirituales más bien van encaminados a que los seres humanos tengan una relación con Dios según sus muy particulares creencias y la materialidad es para satisfacer las necesidades físicas del ser humano, lo cual no podemos hacer con plegarias. Después de la pandemia que estamos padeciendo, no podemos calmar el hambre de nueve y medio millones de pobres que se quedarán sin comer fortaleciendo su espíritu, por eso es indispensable que se tomen las medidas necesarias para paliar la caída del PIB, que se estima en 3.5%, y estimular a la confianza empresarial, no con rescates como el Fobaproa, que nadie ha pedido eso y AMLO lo utilizó para ahondar la brecha entre pobres y ricos. La crisis que se avecina es de tipo laboral y económico. La cantidad de empleos que se perderán será imposible de reponer en lo que resta del sexenio y las pérdidas económicas tardarán varios años para nivelarse. La democracia nos trajo a AMLO, hay que pedirle a la democracia que se lo lleve.