Pues le salió la criada respondona, y recordando la frase del ex manager y ex boxeador, Juan “Yaqui” Márquez, casi casi y perdió el campeonato mundial súper pluma CMB, el mexicano Óscar Valdez, ante el desafiante, el brasileño Robson Conceicao, el viernes anterior en Tucson, Arizona. Lo que parecía una pelea de mantenimiento para el oriundo de Nogales, Sonora, una victoria cómoda con dirección a las grandes empresas, le pudo costar el cinturón verde y oro. El brasileño se presentó con récord reducido, clasificado como 14 mejor súper pluma del CMB, medallista de oro olímpico, boxeo en el que conoció al mexicano.Desde la primera campanada inició la sorpresa para el campeón y su esquina, la estatura y alcance fueron los cimientos para la estrategia del sudamericano, controló a distancia al chaparrón de enfrente, de brazos largos pues, mantuvo con el jab a raya a Valdez, quien descontrolado, igual que su equipo de trabajo, intentó meterse a la guardia del desafiante, sólo para ser castigado. Pero no existía ya otra posibilidad después de la segunda mitad del match, exponer el físico era la única vía para ganar algunos rounds, empujó la humanidad de Conceicao, y lo logró. Doce rounds rasposos que no existieron en la construcción del proyecto, un examen que debió terminar con calificación de diez terminó en error, Valdez y administradores no supieron escoger al retador. El gritón emitió la puntuación de los jueces, 115-112 en dos tarjetas, mientras que en la tercera sumatoria leyó el descabellado 117-110, de Stephen Blea, todas a favor de Valdez. Ya con la diestra en alto, a continuar con las cuentas alegres, presupuestos en los que ya no se lee el nombre del brasileño Conceicao, quien tuvo su oportunidad y no habrá revancha, pues representa peligro para negocios importantes. Óscar Valdez, en esta división, continúa recibiendo castigo, ofrece ventajas por su falta de estatura y alcance. Un retador, apenas con un poco más de decisión, aunque sea también de media tabla, tendría amplias posibilidades de derrotar al sonorense… Y por ahí estaré atisbando.