Rubén Olivares es siempre motivo de atracción. Pero nada —ni el brillante perfil literario que hizo de él Ricardo Garibay ni el sensacionalismo con el que la prensa reseña sus “desplantes”— iguala la realidad del “Púas”. Inteligentísimo, inquieto, dueño de un infinito sentido del humor.“Mire, cuando me acuerdo de cómo me he gastado mi dinero ¡jíjole! Por Dios santo que me da un gusto enorme porque de que la he gozado, la he gozado… ¿Y sabe por qué? Porque lo que me gasté era lo mío. No se lo quité a nadie ni tuve que agachar la cabeza, temeroso de que alguno pudiera gritarme: ‘Ahí va ese pin… ladrón’. Yo creo que por eso todo me ha sabido a gloria”. El anterior es un texto publicado en el libro “Los dueños de la noche”, escrito por Cristina Pacheco, quien entrevistó en 1982 al genio boxístico, Rubén “Púas” Olivares. El ídolo de la Bondojo dijo esta semana, “claro (vendo mis cinturones), ahí los tengo, para qué los quiero. Si necesitamos dinero, hay que venderlos. Necesito dinero porque necesito checarme con un doctor para que me haga un examen médico en todo el cuerpo para ver cómo estoy, porque sí siento una que otra molestia”, publicó Notifight.com.Rubén “Púas” Olivares se mantiene gigantesco en la memoria de los aficionados por sus hazañas, porque es el más reciente ídolo que ha dado el boxeo. El héroe que egresó de la colonia Bondojo del Distrito Federal, propietario de la química para enamorar al público. Fue maestro como fajador, genial como boxeador y con pegada. Boxeador completo.Lionel Rose, Chucho Castillo, Efrén “Alacrán” Torres, Rafael Herrera, Bobby Chacón, Alexis Argüello, Danny “Coloradito” López, José Luis Ramírez, nombres de algunos adversarios de Olivares, un icónico y parte fundamental de la auténtica época de oro del boxeo mexicano. Fue campeón mundial gallo y pluma. Para el “Púas”, José Ángel “Mantequilla” Nápoles es el número uno: “Qué manera de boxear, qué estilo”. 105-13, 89 nocauts, el palmarés que registró en su trayectoria, la que inició en 1965. Olivares celebró el 14 de enero sus 70 años de vida.El promotor estadounidense Bob Arum, presidente de la poderosa empresa Top Rank, quien tiene en línea a dos de los boxeadores que deben llenar los más prestigiosos escenarios de Estados Unidos, Vasyl Lomachenko y Terence Crawford, anuncia que ha firmado a David Kaminsky, fuerte pegador superwelter de 17 años de edad, quien hará su debut profesional el 3 de febrero en el American Bank Center de Corpus Christi, Texas, función que encabeza el mexicano Gilberto “Zurdo” Ramírez, quien expone por tercera vez el campeonato mundial supermediano OMB, ante Habib “Wild Hurricane” Ahmed. La capacidad creativa del anciano promotor se comprueba por enésima vez que no conoce límites, mientras construyó el espectáculo Manny Pacquio en la historia reciente, antes condujo a los cuernos de la luna a Óscar de la Hoya, para competir con Don King, con Julio César Chávez, con Mike Tyson, y así, mientras baja la intensidad de uno de los astros que promueve, en los escalones que ascienden hacia las estrellas, coloca un nombre, y otro más, con conocimiento profundo de esta industria para mantenerla viva; con paciencia su visión encuentra al talento, al diamante, una fila de púgiles en la que ya está formado el filipino Jerwin “Pretty Boy” Ancajas, quien podría erigirse en el siguiente boxeador espectacular egresado de la escuela filipina. Y por ahí estaré atisbando.