Es para dar vergüenza. Presumir dinero que México recibe de millones de mexicanos que fueron ‘expulsados’, porque en la tierra donde nacieron no se les brindó la oportunidad de sobrevivir y tuvieron que huir para encontrar un mejor futuro, y ponderarlo en un informe gubernamental como un ‘logro’ y “ESENCIA DE NUESTRA ESTRATEGIA para enfrentar la crisis”, sencillamente revela el fracaso.Los más de 40 mil millones de dólares anuales que nuestros paisanos envían desde Estados Unidos, que podrían llegar a los cerca de 50 mil este año y que actualmente son el el principal ingreso de México, y de los que López Obrador mencionó ayer en su tercer informe como “inyección directa de recursos se ha fortalecido la capacidad de compra de consumo y se ha podido reactivar pronto la economía”, muestra que el gobierno de un país con enormes recursos y capacidad no ha podido resolver por cuenta propia sus necesidades ‘esenciales’.Presumir ese tipo de records -entre otros que enumero- y todavía gritar a los cuatro vientos “tengan para que aprendan”, es preocupante, porque al decir abiertamente que recursos no generados por iniciativas de su administración y todavia pregonarlo como base de su programa económico, es un síntoma de no estar conciente de lo que se dice o abiertamente seguir engañando a su muy nutrida base social que continúa apoyándolo después de casi tres años de gobierno.La manera de enviar su mensaje y de ‘hablarle’ a la población le ha dado buenos dividendos a López Obrador, y es por ello que con un lenguaje popular sigue teniendo contacto, diciendo ‘sus verdades’ y presumiendo logros que no le corresponden, pero que sí han logrado fructificar en la aceptación del tejido social.Las encuestas del último año y medio si las analizamos superficialmente, nos damos cuenta que López Obrador no ha perdido su aceptación en el grueso de la población, en esa base que está cautiva con su verborrea y sus programas sociales. Los números de la estadística nos reflejan que quienes lo apoyan ciegamente casi llegan al 60 por ciento, lo que son extraordinarios números para un presidente que está casi a la mitad de su sexenio.Sin embargo, del otro 40 por ciento de la población, quien no está ‘enamorado’ de López Obrador, que se da cuenta de la realidad por la que atraviesa el país y que sí se da cuenta que las remesas no son logro propio del gobierno, se pregunta con mucha razón y sentido común, qué pasa con los niveles de violencia que tenemos que sí son récord histórico, qué pasa con los millones de personas que se han agregado a los niveles de pobreza extrema en México y qué pasa con los programas de salud prometidos en que iba a estar en los niveles de los países nórdicos.Hay muchas preguntas en el aire, promesas incumplidas y metas no logradas, pero si mucha capacidad para pregonar logros que no corresponden al trabajo propio y continuar con el mensaje ‘subliminal’ de éxito logrado ante una realidad de fracaso. ¿Usted, qué opina?