Tras concluir el pasado jueves las actividades del Grupo A del Premier 12, México resultó eliminado, perdiendo la posibilidad de avanzar a la denominada Super Ronda de Tokio, que es el magno evento culminante de ese torneo. Fue un rotundo fracaso por donde quiera que se le vea, siendo que no conforme con el descalabro, el deficiente desempeño del roster y la mala dirección del mánager Benjamín Gil, la organización del certamen en el Estadio Panamericano no estuvo a la altura de las circunstancias.Ese torneo mundial, como se sabe, genera puntuación para ir colocando a los países en una tabla que establece la Confederación Mundial de Beisbol y Softbal (WBSC) que dirige el destacado empresario y promotor deportivo italiano Riccardo Fraccari, que seguramente deberá estar inconforme, especialmente por la forma en que esta competencia se desahogó en la sede principal del Grupo A, casa de los Charros de Jalisco. Sin poder decir lo mismo, dado que los encuentros ocurridos o desahogados en el estadio de Tepic al parecer sí tuvieron éxito en cuanto a la afluencia de personas y la organización más adecuada y mejor espectáculo en lo deportivo.Sin que esta edición sea la etapa de calificación hacia los Olímpicos pero sí un trampolín adecuado, puede decirse que en lo deportivo resultó un severo desprestigio para el beisbol mexicano por la pobre actuación del seleccionado representativo de nuestro país, así como la ausencia de fanáticos en los cotejos, dado que hubo encuentros en los que la asistencia rondó quizá en apenas poco más de mil aficionados incluyendo juegos en que participó México, con excepción del evento inaugural que registró un rango de entre 60 y 70 por ciento del aforo y el último cotejo con similar presencia, evento en el que por cierto México fue apaleado y vencido humillantemente con la cláusula de la misericordia al llegar a la séptima entrada con diferencia de 10 carreras habiendo perdido 12-2 ante el equipo representativo de Estados Unidos de América.Se extrañó ciertamente los llenos y sólida presencia social registrados en eventos como la anterior edición del Premier 12 (2019) y el Clásico Mundial (2017) o las Finales ediciones de la Serie del Caribe en 2017 y 2018.Abundan conjeturas, menciones, rumores, de alguna forma, opacidad en muchos de los temas que tienen que ver con la organización, tanto en lo administrativo, lo logístico, lo publicitario o promoción, y por otro lado el esquema deportivo que también tiene que ver, dado que si el conjunto mexicano hubiese tenido un roster más sólido y hubiera lucido como un conjunto triunfador, poderoso y con peloteros más destacados y eficaces, habría podido atraer más público, independientemente de señalar que fue evidente la escasa labor de promoción y difusión que se generó.Y aunque las comparaciones son odiosas, también se hizo notoria la diferencia con lo ocurrido en las ediciones previas que ya mencionaba, que fueron encabezadas por la directiva de Charros de Jalisco que trajo al beisbol profesional de regreso después de muchos años a la ciudad, encabezada en su momento por Salvador Quirarte Villaseñor, y un grupo de empresarios que le respaldaron en muchos sentidos, es decir, no solamente la profusa presencia de aficionados en los eventos, sino el ambiente percibido en gran parte de la sociedad o de la vida socioeconómica, cultural, con eventos colaterales importantes, con amplio impacto mediático, solida presencia de difusión gráfica en la ciudad, percibiéndose también esto en presencia y derrama económica en hotelería, gastronomía y diversas actividades productivas, de servicios y comerciales.Se hace pues menester se ofrezca una explicación clara de lo sucedido tanto en lo deportivo como en lo organizativo. Se habla que el evento fue llevado a cabo por una empresa privada, que quizá no dio la importancia adecuada. Pero por otro lado está la lamentable presentación del representativo nacional; el bajo rendimiento del conjunto dirigido por Benjamín Gil, en el que como dijimos no se vio al menos, y los resultados así lo dicen, a los mejores elementos con los que podría haberse contado. Vuelvo a decirlo; en comparación con otros certámenes previos donde hubo presencia de varios ligamayoristas en activo, y en esta ocasión algunos de los escasos lanzadores ligamayoristas en receso que estuvieron en el roster lucieron mal, desencanchados, fuera de forma, y con contadas excepciones el esfuerzo de los peloteros no surtió el efecto adecuado para generar triunfos y el resultado fue el que ya se tiene; eliminados de manera vergonzosa.Ojalá lleguen pronto las respuestas porque las preguntas y dudas son muchísimas, y la afición merece saber la verdad de lo sucedido.