¿Por qué será que cuando uno no está en la línea de fuego, como el personal médico, y cuando puede darse el lujo que para tantos es inaccesible de quedarse encerrado, las horas y los días parecen tan extrañamente elásticos? Sesenta minutos pueden sentirse como una eternidad, pero las semanas pasan volando, ¿cómo es eso?Reflexionar sobre el tiempo y la temporalidad ha sido un ejercicio normal desde que el homo sapiens es sapiens (bueno, hay especímenes que no llegaron a sapiens, pero eso es otro asunto), pero nunca antes como en los días que corren (o reptan) tanta gente en todo el mundo se ha visto forzada a ello. Salvo, claro, quienes viven en la precariedad total, una situación que para muchos ha sido permanente, y que a otros muchos los acecha ahora de forma peligrosa.Mientras tanto, la mente vaga de manera insólita y de repente surgen muchas interrogantes, tontas o no.¿Por qué será que a las azáleas se les secan muchas hojitas de un día para otro, pero no se caen? Quedan colgando como de algún hilito y hay que sacudir la mata.¿Por qué con la tragedia que vivimos, encima todos los noticieros parecen “nota roja” y no vemos ningún remedio para tanta violencia? Imposible aislarse ahora de las noticias, pero es apabullante constatar que tenemos encima dos pandemias igualmente mortales… y ningún remedio (o “estrategia”, como dicen) a la vista.¿Qué hacen los pobres viejos que no tienen quien vaya a hacerles las compras al súper, ahora que no los dejan entrar?¿Por qué el Primer Ministro de Su Majestad británica asume la responsabilidad de un titipuchal de muertes (pero muchas menos que aquí) y pide perdón, mientras que en este país nadie lo hace?¿Cómo aprender de los gatos su capacidad de relajarse y de estirarse y de vivir el momento y no estresarse?¿Hasta cuándo el señor que barre la calle seguirá cobrando sus setenta pesos semanales? ¿Cómo va a sobrevivir? ¿Y el afilador, estará bien y circulando, como hasta ahora la señora de las flores? ¿Cuántos negocios del barrio quedarán después de esto?¿Cómo se podan los rosales, ahora que es la temporada? Afortunadamente hay internet, donde todo se averigua. Pero por lo general se trata de plantas en climas distintos del de Guadalajara, así que habrá que ver.Hablando de climas distintos, ¿qué tan mal la estarán pasando los que viven en lugares donde por meses no ven el sol, y además los azotan la nieve y las ventiscas? Los nativos deben estar medio acostumbrados, ¡pero ay de nuestros paisanos en esas tierras! Los que mandan las remesas que cínicamente presumen en palacio.De la vacunación y su “estrategia”, mejor ni pensar. ¿Por qué será que en el Padre Nuestro se nos enseña a pedir el pan de cada día, y no el de mañana, ni de pasado mañana, ni del mes que entra? Probablemente tenga que ver con aquello de “bástele a cada día su afán”.