La clave para responder esta pregunta que todos nos hacemos -por qué no sirve nuestra videovigilancia- se encuentra, quizás, en este concepto tecnológico: analíticas de video. El operativo criminal orquestado en un restaurante de Providencia para ejecutar a Salvador Llamas, jefe de Gabinete de Puerto Vallarta, evidenció otra vez la ineficiencia de nuestro sistema de videovigilancia Escudo Urbano C5. Igual que el ataque en un centro comercial de Zapopan, la balacera en el bar de Avenida Real Acueducto, la agresión en las Fiestas de Octubre y en todos los eventos de inseguridad de alto impacto desde que comenzó a operar en 2018. Hablé con un par de especialistas y revisé varios artículos para intentar comprender dónde podría estar la falla de nuestro sistema de videovigilancia Escudo Urbano C5 en el Área Metropolitana de Guadalajara. Ante la opacidad de las autoridades para rendir cuentas y brindar a los ciudadanos una explicación, en concreto de Ricardo Sánchez Beruben, coordinador estratégico de Seguridad, sostengo que se trata de un problema de capacidad tecnológica y que el Escudo Urbano es un vochito vendido a precio de Ferrari.En los sistemas de videovigilancia, las analíticas de video crean reglas en el software para que respondan de forma automática y en tiempo real según los requerimientos del operador. Son algo así como las funciones complejas del “cerebro” además de sólo ver. La analítica de video más común es el reconocimiento automático de placas vehiculares (LPR, por sus siglas en inglés). Se trata de una licencia, claramente con costo y requerimientos tecnológicos, que se instala en el sistema de videovigilancia. El Escudo Urbano C5 la tiene, por eso la recuperación de vehículos robados es muy alta. Sin embargo, hay otras analíticas que, todo indica, no operan en nuestro Escudo Urbano (a diferencia de la CDMX). Enumero algunas. Detección de movimiento o auto tracking digital. Te permite identificar un objeto o persona en movimiento de forma automática y darle seguimiento en tiempo real. Analítica de comportamiento. Identifica a una persona que aparece/desaparece, detecta si alguien se ha caído, yace en el suelo, camina con prisa, corre o identifica un vehículo en sentido contrario. Reconocimiento facial. Se ingresa la imagen de la persona y las cámaras la identifican y alertan si llegan a captarla. Esta analítica sería valiosísima para la búsqueda de desaparecidos. Detección de sonidos. La cámara avisa al operador al registrar un grito, un balazo o algo como un cristal que se rompe. Detección de armas de fuego y de acciones. Identifica si alguien va armado o comete un acto vandálico. Las analíticas de video basadas en inteligencia artificial realizan seguimientos automáticos y clasifican objetos o personas por tipo de vestimenta, accesorios que usa, características, vehículo por color o tipo y realizan búsquedas inteligentes. Contar con estas licencias permite una respuesta y seguimiento más eficiente a eventos como los vividos en la metrópoli. No es necesario, asimismo, tener un operador por cada seis u ocho cámaras, como marcan los estándares, algo imposible para estar atento a los seis mil 340 dispositivos del Escudo Urbano C5. ¿Cuenta nuestro C5 con analíticos de última generación? ¿Esa carencia explica su ineficiencia para capturar a los agresores de Salvador Llamas y otros eventos similares como los bloqueos? ¿Existe capacidad tecnológica para incorporar estas variables al C5? ¿Es viable en cuanto a costos? Si la pasada administración licitó un sistema de videovigilancia deficiente, ¿por qué la actual la encubre? Es tiempo de saber qué pasa con nuestro C5 y que nos expliquen por qué no funciona.
