Martes, 26 de Noviembre 2024

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Pomerium cippi: los límites de la ciudad

Por: María Palomar

Pomerium cippi: los límites de la ciudad

Pomerium cippi: los límites de la ciudad

Los italianos han estado muy atareados en este tiempo de pandemia con trabajos arqueológicos y de restauración. Entre muchas otras cosas, acaban de reabrir en marzo el Mausoleo de Augusto (el fundador del Imperio), construido entre 28 y 23 aC y que, aunque está en pleno corazón de Roma, llevaba siglos de abandono. Es un edificio colosal, con cinco recintos concéntricos de forma cilíndrica, de 90 metros de diámetro y que culminaba a 45 metros de altura con una estatua del emperador.

En los trabajos que se han estado haciendo alrededor de este monumento se descubrió también hace poco un bloque de mármol travertino con inscripciones: hallaron, todavía en su lugar original, uno de los pomerium cippi que marcaban los límites de la ciudad, que data del año 49 dC, bajo el gobierno de Claudio, el cuarto emperador de la dinastía julio-claudia. El pasado 16 de julio se inauguró su exposición en el museo del Ara Pacis, junto a una estatua sedente de él. Desde hacía cien años no se había hallado otra pieza semejante.

El pomerium era una franja que corría a ambos lados de la muralla de Roma y que marcaba un límite en términos a la vez religiosos, jurídicos y militares. En primer lugar, separaba el territorio de la ciudad (urbs) del campo (ager). Para tener el título de urbe, la población debía tener su pomerium, perímetro de la ciudad consagrada por los auspicios y privilegios de los dioses, relacionados con su fundación. Era una noción que sólo regía para Roma, las ciudades antiguas del Lacio y las colonias romanas ritualmente fundadas.

Hay innumerables menciones al pomerium romano en los autores antiguos, aunque ninguno ofrece detalles de sus medidas ni conformación (ni están ciertos de su etimología), pero la arqueología y la epigrafía han mostrado que estaba marcado por esos mojones de mármol como el recién hallado. Separaba en la práctica distintos tipos de actividades y hasta de relaciones con los dioses. Dentro de su perímetro tenían lugar las actividades netamente citadinas y cívicas: el ejercicio de la magistratura y la impartición de la justicia civil, los principales cultos religiosos, la política; ahí se prohibía portar armas, no se podía sembrar y no podía entrar ninguna fuerza militar: los generales victoriosos que esperaban recibir un triunfo al uso romano tenían que acampar con sus huestes fuera de la ciudad a la espera de un permiso especial.

La intervención del pomerium por el emperador Claudio para ampliar la extensión de Roma es la única de la que se tienen datos tanto epigráficos como literarios y que se menciona como precedente en la Lex de Imperio Vespasiani. El autor de un cambio de tal importancia se consideraba como “nuevo fundador” de la ciudad, y fue lo que hizo Claudio después de la conquista de la Gran Bretaña. Aunque gracias a varios descubrimie hay pruebas epigráficas de dos intervenciones semejantes efectuadas por Vespasiano y Tito (en 75 dC) y por Adriano (en 121), éstas brillan por su ausencia en las fuentes literarias.

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