Martes, 26 de Noviembre 2024

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Politización y COVID-19

Por: Laura Castro Golarte

Politización y COVID-19

Politización y COVID-19

En Jalisco, desde el primer día, el manejo de la pandemia se politizó por la actitud del gobernador Enrique Alfaro, quien empleó un lenguaje agresivo para señalar lo que él consideró “inacción” del Gobierno federal con respecto a la amenaza que representaba a mediados de marzo la COVID-19. 

Desde entonces, el discurso ha sido ambivalente, por decir lo menos: un día llama cínico al subsecretario de Salud, Hugo López Gatell; y otro día -no sin marrullería de por medio- anuncia que se seguirá el semáforo nacional. Y digo que no sin marrullería porque desde siempre se ha informado y repetido que el semáforo se define con base en los datos que envían los gobiernos de los estados para interpretar los indicadores y asignar o confirmar los colores; pero Alfaro lo manejó como si fuera una imposición del Gobierno federal.

El discurso del mandatario estatal ha generado confusión y también efectos perversos, como provocar que mucha gente desestime la gravedad de la pandemia y reduzca el asunto a una “cuestión política”.

Si bien no es un fenómeno exclusivo entre el Gobierno de Jalisco y el de México y tampoco nada más de nuestro país, no es para que sirva de consuelo. Desde abril -y nunca es tarde para atender el llamado- el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Gebreyesus, advirtió que usar la pandemia como “arma política” sólo causará más muertes: “No se puede utilizar la COVID-19 para ganar puntos políticos, no hay necesidad. Hay muchas otras formas de probarse a sí mismos, este virus no es el que debe ser utilizado para eso. Es [...] jugar con fuego. La unidad nacional es esencial si nos importa la gente. Por favor, trabajemos más allá de partidos políticos, ideologías, creencias, cualquier diferencia que tengamos... tenemos que comportarnos”.

El uso politiquero con fines electorales de la pandemia, en México y aquí en Jalisco, tiene que parar. Señor gobernador, por favor. Se requiere liderazgo para tomar decisiones precisas y con sentido de urgencia, foco y claridad para atender lo prioritario sin cálculos egoístas con miras en los próximos comicios. Lo he dicho en otras ocasiones: si en Jalisco hay mejores políticas públicas para enfrentar la pandemia, toca compartirlas; y si no, lo que procede es humildad y acción social. Estamos hablando de la salud de las personas, de vidas humanas, esto no puede ni debe perderse de vista y es lo que sucede con la politización de la pandemia. Ya basta.

Podría decir que la reunión del jueves, entre el gobernador Alfaro y el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue positiva, porque no hubo dimes y diretes y sí un compromiso de trabajo conjunto contra la inseguridad y el crimen organizado. Con todas sus letras, López Obrador le dijo a Alfaro que no está solo en esa lucha. Y eso es decir que los jaliscienses no estamos solos. Quisiera pensar que esta actitud, esta disposición al diálogo y al trabajo coordinado se extenderá a otras áreas, el pacto fiscal, por ejemplo, pero especialmente a la atención de la pandemia, un tema que, por cierto, no se tocó el jueves ni tantito, y es urgente. Ojalá dure y permanezca sin cálculos electoreros y que no sea flor de un día.

Me preocupa mucho la situación de la pandemia en Jalisco porque desde hace semanas no me checan los datos que sobre la entidad se difunden en la conferencia de prensa de las 19:00 horas desde Palacio Nacional, no reflejan lo que vivimos aquí en el día a día. Una es la realidad cotidiana, con la amenaza de apretar el botón de emergencia, con la postura del rector general de la Universidad de Guadalajara que considera grave el incremento de la movilidad y el crecimiento consecuente tanto en el número de casos y de los lamentables fallecimientos; los análisis de epidemiólogos expertos como el Dr. Carlos Alonso (@CarlosAlonsoR1); la opacidad en la ocupación hospitalaria que denuncia el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción que encabeza Lucía Almaraz; la percepción personal y generalizada de que hay mucha gente en la calle sin cubrebocas y sin guardar sana distancia; los testimonios de fiestas y bares abiertos; los datos extraoficiales de que la ocupación hospitalaria supera la mitad de la disponibilidad; y otra cosa es lo que reflejan los datos que se difunden a nivel nacional de que Jalisco está muy bien y, si acaso, que por adelantar el encierro el ciclo de la pandemia se extenderá más que en otros estados. Y ya.

Urge, primero, despolitizar la pandemia; segundo: dejar de pensar en salvar el pellejo; me explico: un mal manejo de la pandemia, por cuestiones político-electorales, más tarde o más temprano saldrá a la luz y si se hizo o se hace, será considerado como criminal porque son vidas humanas las que están en juego, nadie podrá escapar de su responsabilidad, ni de decisiones mal tomadas o de omisiones, o de intentos recurrentes de culpar a otros; hay margen para rectificar; y, tercero, que los datos sean reales, por más lamentables que sean, son necesarios tomar decisiones puntuales y precisas para que no se saturen los hospitales y para resolver la crisis en el personal de salud que está trabajando bajo protesta por la escasez de elementos y por las condiciones en que enfrentan la contingencia.

(lauracastro05@gmail.com)
 

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