El nado sincronizado que protagonizaron las y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con el Gobierno federal en el caso del juez noveno de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, Rodrigo de la Peza, habla de la gran influencia que tiene el Gobierno de la 4T en ese cuerpo colegiado, a pesar de que la semana pasada volvieron a señalar que Andrés Manuel López Obrador, al que no pueden poner sanción alguna, vulneró la imparcialidad del proceso electoral en sus mañaneras del 9 y 11 de mayo.Al igual que las y los magistrados del TEPJF, desde el púlpito presidencial, la Secretaría de Gobernación e incluso la presidenta electa Claudia Sheinbaum, criticaron severamente y amagaron con denunciar a ese juez por haber ordenado al TEPJF hacer las designaciones de los dos magistrados que tiene pendientes para poder hacer la calificación de la elección presidencial antes del 6 de septiembre como marca la ley, hasta que se vio obligado a darle carpetazo al asunto, aunque muchos juristas le daban la razón.Este episodio dejó claro que desde el TEPJF se podría ayudar a que el Gobierno de la 4T logre el Plan C, manteniendo en 5 el número de magistrados y la mayoría de 3 a 2 en el pleno del TEPJF, mientras que en el Senado logren, en septiembre próximo, los 4 votos que les faltan para alcanzar la mayoría calificada en la próxima legislatura. Es ahí donde entran en el tablero las tres fichas del conflicto postelectoral en Jalisco: las alcaldías de Tlaquepaque y Guadalajara, y la gubernatura de Jalisco, en pugna.El escenario sería progresivo. Si desde la dirigencia nacional de Movimiento Ciudadano, por ejemplo, se resisten a dar línea para que alguno de sus senadores electos voten a favor del Plan C, Tlaquepaque se podría quedar en manos de Morena y desechar la impugnación de la excandidata emecista, Citlalli Amaya. Si la negativa continúa, la sala superior del TEPJF se podría inclinar porque se repita la elección en Guadalajara, como lo pide Morena. Dejarían para el final la palanca más poderosa de presión, que sería la gubernatura de Jalisco, cuya elección Morena también quiere anular.La colaboración naranja, en cambio, se podría premiar con Tlaquepaque y ratificando los triunfos de MC de Verónica Delgadillo y Pablo Lemus.Resuelto el tema del Plan C, en el TEPJF dejarán ocupar las dos vacantes del pleno, ya sin importar que los incondicionales a la 4T pierdan la mayoría del 3 a 2, seguros de que no hay posibilidad alguna de que uno o una de los recién llegados se oponga a reconocer el apabullante triunfo de Sheinbaum en la elección presidencial.Así, el conflicto postelectoral en Jalisco tendrá cuerda al menos hasta septiembre.