La reinstalación ayer de Edmundo Jacobo como secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE) sin duda representa el más importante revés para el llamado “Plan B” de la reforma electoral que le aprobó la mayoría legislativa de Morena y sus aliados, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, al Presidente Andrés Manuel López Obrador.El hecho que la justicia mexicana haya otorgado una suspensión definitiva a Jacobo para nulificar su destitución que ordenaba el “Plan B” y que le permitió ayer retomar su cargo en una emotiva sesión del Consejo General del INE, es una prueba que jueces y ministros no se han dejado intimidar pese a todas las presiones y críticas que han venido desde la Presidencia de la República. Como lo consigné aquí, la estrategia del Gobierno de la autollamada cuarta transformación para defender el “Plan B” consistió en deslegitimar, desde las semanas previas a su realización, la marcha del 26 de febrero en defensa del INE, y toda una escalada de descalificaciones del Presidente desde su púlpito mañanero en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y de su ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández. Las críticas presidenciales iniciaron prácticamente desde que asumió la presidencia de la Corte, por no ser a quien se apoyaba desde el Palacio Nacional, mismas que arreciaron luego del 5 de febrero cuando en la conmemoración del aniversario de la Constitución emitió un discurso exaltando la autonomía del Poder Judicial frente al Poder Ejecutivo y le reclamaron no ponerse de pie para dar la bienvenida al Presidente. Estos señalamientos alcanzaron su punto máximo la primera semana de marzo cuando López Obrador puso en tela de juicio su capacidad y honestidad al afirmar que desde que tomó el cargo “se desató una ola a favor de delincuentes”. Le reprochó incluso que mientras estuvo su antecesor Arturo Zaldívar había “un poquito mas” de vigilancia sobre los jueces.Ante estos exabruptos la ministra Piña ha mantenido su discurso de exigir respeto a la independencia de jueces y ministros e incluso el pasado 8 de marzo emitió un empático discurso por del Día Internacional de la Mujer en el que reconoció que falta mejorar el acceso a la justicia para las mujeres, que contrastó con la lejanía y falta de sensibilidad que mostró el Presidente con la agenda feminista. Pero hasta ahora no se ha enganchado ni hecho referencia a los reproches que le ha lanzado López Obrador.Como se ha dicho, la ministra presidenta ha preferido hablar desde y a través de las determinaciones de jueces y ministros, buscando que sean ajenos a cualquier tipo de presión. Sin embargo, la 4T operará con todo para estar muy cerca y apretando a las y los ministros para que por ningún motivo se alcancen los ocho de 11 votos obligados para invalidar su “Plan B” que defenderán con uñas y dientes. Pero por lo pronto, con la restitución de Jacobo en el INE, el “Plan C” de la Corte se puso en ventaja sobre el “Plan B” al considerar ilegal su destitución. Habrá que ver lo que viene con el resto de las controversias que ya se analizan contra el “Plan B” en el Poder Judicial.jbarrera4r@gmail.com