Domingo, 24 de Noviembre 2024
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Perversidad y temor, motivos de López para desaparecer al INAI

Por: Salvador Cosío Gaona

Perversidad y temor, motivos de López para desaparecer al INAI

Perversidad y temor, motivos de López para desaparecer al INAI

Pretender desaparecer al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es sin duda un acto de perversidad, de mezquindad y de corrupción, que tiene como autor de esta maquiavélica estratégica al principal destructor de todo lo bueno o lo poco bueno que se había construido en México en sexenios pasados, es decir, al Presidente más revanchista y rencoroso que ha tenido nuestro país, Andrés Manuel López Obrador.

Y menciono estos adjetivos para describir al Primer Mandatario de nuestro país no por un sentimiento de animadversión que mueva a quien esto escribe sino en un contexto en que resulta necesario identificar y explicar los motivos que lo han conducido a tomar decisiones que han contribuido a lo que ya se identifica como la mayor destrucción de instituciones y políticas públicas con funestas consecuencias para quienes habitamos el territorio nacional.

Andrés Manuel no ha sido capaz de superar las derrotas sufridas en su aspiración presidencial en procesos electorales en los que fue vencido primero por el panista Felipe Calderón en 2006 y luego en 2012 por Enrique Peña Nieto. En el primer caso culpó y sigue responsabilizando al Instituto Nacional Electoral (INE), antes Instituto Federal Electoral (IFE), de ahí su rencor, su frustración y su deseo de venganza el cual ha intentado capitalizar con la destrucción y desaparición del árbitro electoral, deseo que hasta ahora le ha sido impedido concretar por la sociedad civil que en un par de ocasiones ha salido a las calles en forma masiva para ponerle el alto. 

Ya se ha perdido la cuenta de las instituciones que no han corrido con la misma suerte que el INE y no lograron superar el puño destructor de AMLO. Aunque vale mencionar que en la mayoría de los casos, la gente o no se dio cuenta o no fue capaz de reaccionar a la tremenda embestida gubernamental. 

En este momento es el INAI el Instituto que se encuentra bajo el puño amenazador de quien habita en Palacio Nacional.

En mi más reciente colaboración para este espacio mencioné que había quedado al descubierto su perverso proyecto de destruir al INAI, tras haber salido a la luz pública las grabaciones de la reunión que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, sostuvo con legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en las que cumpliendo labor de mensajero transmitió la instrucción presidencial de “no nombrar a los comisionados del INAI”. 

Adán Augusto les dijo que “el mundo ideal” era permanecer sin el INAI y entonces no había ninguna prisa por nombrar a los comisionados a sabiendas de que se requieren cinco para validar las sesiones del Instituto y solo cuatro cuentan con nombramiento.

También quedó en evidencia el engaño de AMLO, quien con toda premeditación, alevosía y ventaja, echó mano de su poder para vetar los nombramientos de dos comisionados que ya había aprobado el Senado el pasado 1 de marzo, precisamente con el fin de impedir que se completara la cantidad mínima de cinco consejeros que se establece para que el INAI pueda sesionar, sólo que su argumento para echar abajo los nombramientos fue que supuestamente Morena y el Partido Acción Nacional (PAN) se habían repartido uno cada uno. 

De tal suerte que el órgano encargado de vigilar la Transparencia está paralizado y por ello más de dos mil recursos de revisión sobre diversas solicitudes están en vilo; entre ellas peticiones de personas sobre sus horas cotizadas en el IMSS para tramitar pensiones y jubilaciones, obtención de sus expedientes clínicos y judiciales; estatus de trámites burocráticos o corrección de datos en documentos de identificación, entre otras. 

Pero no es lo único, toda vez que ahora mismo no podemos contar con la herramienta de la transparencia, y no podemos conocer todo lo referente a la sospechosa venta del avión presidencial, de la que solo contamos con la información que dio a conocer el propio presidente y lo que ya han logrado investigar algunos medios de comunicación.

Visiblemente molesto ante las exigencias de que se nombre al menos un comisionado más para contar con quorum en las sesiones del INAI, López Obrador afirmó en sus conferencias mañaneras que dicho Instituto es un “cero a la izquierda, no sirve para nada, lo crearon para simular que se iba a combatir la corrupción”, dijo.

Agregó que desde su creación con Vicente Fox (2000-2006), el organismo no ha contribuido al combate a la corrupción. Por el contrario, sirvió para legitimar robos y ocultar información, con un costo anual de mil millones de pesos.

Criticó que los comisionados no puedan sesionar, pero sí cobren sus salarios y gasten el presupuesto, por lo que sugirió que el Congreso revise la situación y tome decisiones.

Como era de esperar, las y los integrantes señalaron que a lo largo de 20 años, “el INAI ha dado muestra fehaciente de su pertinencia dentro del aparato democrático mexicano para que la sociedad pueda ejercer y hacer valer sus derechos de acceso a la información y de protección de datos personales”.

El pleno del INAI, conformado actualmente por la comisionada presidenta Blanca Lilia Ibarra Cadena; las comisionadas Josefina Román Vergara y Norma Julieta del Río Venegas, y el comisionado Adrián Alcalá Méndez, lamentaron las descalificaciones y señalamientos del Gobierno federal, ya que aseguran denotan desconocimiento sobre las responsabilidades constitucionales del Instituto y atentan contra su autonomía e independencia, por lo que hicieron un llamado al Poder Ejecutivo a entablar un diálogo abierto, plural y democrático, expusieron a través de un comunicado.

Pero me temo que lo de Andrés Manuel no es desconocimiento -como lo advierten de forma quizá ingenua en el INAI-; y deben tener claro que López es muchas cosas antes que ingenuo. No se puede perder de vista ni por un momento que a este viejo lobo de mar los colmillos le arrastran hasta el piso y a alguien con su perversidad lo mueve el rencor, la maldad, la venganza, la soberbia, y también el miedo; el temor a que los medios de comunicación, las filtraciones, los hackeos, las infiltraciones de agencias de investigación extranjeras, y sus propios detractores continúen exhibiendo la enorme corrupción de su Gobierno.

opinión.salcosga@hotmail.com

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