Cuidar un bebé recién nacido es hermoso y también agotador. Los primeros días son para conocerse, adaptarse y establecer rutinas: dar de comer, hacerle repetir, cambiarle el pañal a cada rato y dejarle dormir antes de volver a alimentarlo; la secuencia es la misma cada tres horas, las 24 horas del día más bañarlo, llevarlo al doctor y cuidarle el sueño. Así que, en medio de la felicidad, prácticamente se duerme poco y mal. Eso sin sumar las impostergables tareas del hogar (desde cocinar, lavar, limpiar, planchar, abastecer la casa y hasta cuidar a otros miembros de la familia). Es extenuante.Son actividades que durante siglos han recaído totalmente sobre las mujeres (aun cuando ambos padres laboren). De ahí la importancia de las licencias de maternidad (en México, 42 días antes y 42 días después de la fecha de parto para la mamá) y hoy también de paternidad, para que los varones se involucren en la crianza, los cuidados del recién nacido y también las labores del hogar. Esta semana la Cámara de Diputados aprobó ampliar de 5 a 20 los días para que los hombres puedan estar en casa colaborando desde los primeros días de vida su hijo o hija, ya sea por nacimiento o adopción; con la posibilidad de aumentar 10 días más, cuando haya complicaciones en la madre o el recién nacido. Es decir, los varones podrían tener hasta 30 días remunerados para involucrarse en la crianza de sus pequeños y en los asuntos domésticos (no son minivacaciones para el papá ni días de descanso).Hasta ahí podría decirse que todo bien... pero no. El siguiente paso es que la Cámara de Senadores analice, discuta y vote dicha iniciativa para su aprobación, y que se defina si esos 20 días serían como “permiso” o “licencia” de paternidad. Y es que si bien ambos términos suelen utilizarse como sinónimos, de fondo hay una diferencia abismal y de gran peso: la obligatoriedad y quién pagará o cubrirá el salario de esos días.“En México, la principal diferencia recae en que la licencia es obligatoria, intransferible y la paga la institución de seguridad social donde esté asegurada la empleada. Hoy sólo existe un esquema así para las mujeres en caso de maternidad”, advierte en su portal el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).“Por el contrario, en el caso de los hombres, el permiso de paternidad con goce de sueldo corre a cargo del empleador mientras el padre se ausenta por el nacimiento o la adopción de un menor”.Es decir, el permiso es voluntario, el trabajador elige si tomar esos días o no, y la licencia obligatoria. Entonces, ¿quién pagará esos 20 días de permiso o de licencia? ¿El empleador o patrón (en caso de ser permiso) o el propio IMSS (si es una licencia)? En las siguientes semanas será de gran importancia saber en qué términos aprobarán los senadores el dictamen, porque se trata de implicaciones distintas. Y en medio de los incrementos a los salarios mínimos y la iniciativa de reducir las jornadas de trabajo, seguramente se harán escuchar los empleadores. Para que al final se apruebe o no incrementar de 5 a 20 días el tiempo que puedan estar los papás colaborando en casa.“Realmente en cinco días ayudas pero no lo suficiente. La ventana de adaptación es imposible establecerla en tan sólo cinco días, en ese tiempo recién estás conociendo al bebé”, me compartió Andrés, cuyo bebé acaba de nacer hace una semana y ha estado involucrado en los cuidados del pequeño desde el primer día, junto a su esposa. La intención de estas reformas es que haya una distribución más equitativa de las tareas de cuidados, ya que las desigualdades en esta área se trasladan también al mercado laboral perjudicando a las mujeres. Porque el mundo inclusivo comienza desde casa, entendiendo que existen distintas maneras de ejercer la paternidad, con hombres cuidando a sus hijos e hijas y participando en las labores del hogar.
