Apenas el martes pasado, tras el asesinato del fotoperiodista Margarito Esquivel Martínez, del Semanario Zeta, en Tijuana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador llamó “zopilotes” a sus adversarios por, según él, aprovechar el asesinato de periodistas para atacar a su gobierno. Esa salida ya no la pudo tomar ayer cuando se le preguntó por el asesinato de la periodista Lourdes Maldonado López, ocurrido la noche del domingo también en Tijuana, la misma que el 26 de marzo del 2019 acudió a la rueda de prensa mañanera de AMLO para decirle que temía por su vida por un litigio laboral que mantenía contra una radiodifusora y televisora propiedad del entonces senador con licencia, quien ese mismo año se convirtió en gobernador de Baja California, Jaime Bonilla. El Presidente sólo atinó a decir que lamentaban el crimen y que se investigaría para dar con los responsables. Más tarde el director de comunicación social de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, a quien hace casi tres años López Obrador canalizó a la periodista, tuiteó que habían estado “pendientes de su situación” desde entonces y que buscarían esclarecer su muerte.Estas declaraciones les provocaron severas críticas en redes sociales al igual que las que hizo el ex gobernador en una entrevista con Joaquín López Dóriga, en las que se deslindó de cualquier vínculo con la agresión a la periodista pese al pleito laboral que mantenían desde hace años y que había ganado apenas la semana pasada la periodista. Se dijo, incluso, dispuesto a atender cualquier citatorio de las autoridades que investigan el asesinato.El repudio por la falta de protección al trabajo de los periodistas en el gobierno de la autollamada cuarta transformación se da no sólo porque en lo que va del año ya van tres periodistas asesinados, con el del reportero José Luis Gamboa, en Veracruz, sino por el hecho de que Lourdes se suma a lista de periodistas contra los que se atenta pese a estar adscritos al programa de protección a comunicadores amenazados que evidentemente no ha cumplido su cometido.El gobierno de la 4T tiene una gran asignatura pendiente en la defensa del trabajo de los periodistas. En lo que va del sexenio son ya 54 los profesionales de la comunicación asesinados, por arriba de los 47 que hubo en el sexenio de Enrique Peña Nieto y los 49 que mataron en el de Felipe Calderón.Lo primero que tendrán que hacer es dar con los autores materiales e intelectuales de estos asesinatos de periodistas y abatir los altos grados de impunidad que existen. Según reconoce la propia Secretaría de Gobernación, 9 de cada 10 de estos homicidios está sin esclarecer, lo que es el mayor estímulo para que los “mataperiodistas” sigan cometiendo sus crímenes y atentando así contra la libertad de expresión y la democracia en México.jbarrera4r@gmail.com
