No es para dar ideas, pero una cree que hacer periodismo en su tierra es difícil hasta que se topa con otras 13 personas periodistas de Latinoamérica quienes están enfrentando situaciones peores.En Jalisco las personas periodistas enfrentamos cuestiones como "castigos informativos", en los cuales las oficinas de comunicación, en su mayoría, tienen prohibido facilitar datos o entrevistas para facilitar su trabajo, e incluso tenemos dificultades para solicitar la información por Transparencia porque ya han identificado nuestras cuentas (pese a que por ley debería ser anónimo) y nos niegan información hasta porque se colocó un "y/o" en la petición.En Jalisco el gobernador, y a nivel nacional, el Presidente, se encargan de desacreditar a las y los periodistas y a sus medios exhibiendo por medio de sus vías oficiales, las notas que consideran afectan su imagen al no mostrar la información de la manera que ellos quieren, pero la situación se repite en Latinoamérica.Y aunque la mayoría enfrentamos situaciones como desacreditación del trabajo y los medios o ataques de granjas de bots en redes sociales, hay situaciones peores que en este momento dificultan aún más la labor.Sin embargo, en el encuentro que he sostenido en los últimos días me he encontrado con situaciones, y repito, no es para dar ideas, como la que enfrenta uno de nuestros compañeros en Guatemala en la que se han metido a sus redes personales y han robado información que luego han usado de manera falsa para acusarlo de delitos que no ha cometido; al padre de una compañera de El Salvador lo han encarcelado el mismo día que ha publicado ella información sobre la relación que la suegra del presidente tiene en cuestiones del gobierno.Hoy a su padre se le acusa de tener vínculos con la delincuencia de aquel País.Dos compañeros más, de Nicaragua, trabajan exiliados en Costa Rica, porque en su país eran perseguidos, y en el resto los ataques a sus cuentas personales para hackearlos, y a sus sitios para tirarlos, no paran.Otro de los problemas que encuentro, afectan a medios y periodistas de América Latina, es el oficialismo que va ganando terreno gracias a la manipulación de los recursos del dinero para publicidad oficial, que se convierte en ingresos para publicar la información con los enfoques que el gobierno dicta.Lo anterior, además de motivar a que existan "bandos" de medios de comunicación buscando no se apoyen entre sí, ha sumado a que parte de la ciudadanía desconfíe de muchos de ellos, pero donde que más afecta es al momento de la confrontación.Más que manipular la información a modo del Gobierno, lo que las autoridades provocan es generar un confrontamiento social entre las personas que luchan en negar que cierta cosa no es real y las personas que tratan de justificarlo, generando una sociedad con información sesgada, pero también desuniendo a las personas, aportando al hartazgo de saber qué pasa.Lo anterior no sirve al gobierno desde el punto de generar comunidad, y, al contrario, aporta también al enfado de la política, lo cual en tiempos electorales (que se acercan a finales de este año) afectará para: 1, no participar de los comicios y 2, votar por otros candidatos perdiendo adeptos. Se vuelve una cadena que va más allá de sólo desprestigiar al medio que no aporta a enaltecer su imagen o los pocos esfuerzos para tener en orden algunos temas que le toca atender (y la seguridad no es uno de ellos).La tarea como medios de comunicación es volver a conectar con la sociedad, generar confianza. No ponerla en contra de tal o cual político, sino de ayudarle a discernir sobre cuánto puede ser real o no una cosa, aportar a su alfabetización digital para que pueda por sí mismo saber cuándo una cosa es real o no, para que cada una de las personas que la integran genere sus propias conclusiones.Y a la sociedad le pido, no deje de leernos, escucharnos, vernos, informándose por todos los medios posibles, para sumar comunidad y generar retroalimentación entre unos y otros, pero que no pierdan el interés en informarse.La tarea de los gobiernos por su parte, y aunque siendo negativa, nunca será cumplida, es comenzar a tener reflexión propia sobre su forma de gobernar más allá de sentir que se trata de una guerra contra su ego, admitir que las cosas no van de la mejor manera y empezar hacer mejor las cosas para generar cambios en sus mandatos que realmente nos lleven a vivir en la utopía que ellos a cada momento quieren mostrar.