Miles de automovilistas salen cada día a la calle dispuestos a conducir con todos los distractores de quien ha bebido unas copas, pero sin haber tomado una gota de alcohol. Es fácil reconocerlos. Se les puede observar más detenidamente, sobre todo, en un semáforo en alto. El rostro se les ilumina, a veces sonríen, otras sueltan una carcajada o simplemente inclinan, absortos, la cabeza. Los ojos zombis sin parpadear. Si uno va a cruzar la calle como peatón, más vale esperar. Sería un riesgo pasar frente a ellos. Son comunes en vías principales o secundarias. En una bocacalle o en un paso a desnivel. Pongan atención y comprobarán esto último. Cuando vayan de copilotos, observen en el carril de al lado. Por su culpa, la velocidad promedio en esta urbe ha disminuido: 22 kilómetros por hora. En la última década, me atrevo a sostener, esta estirpe de conductores transformó y entorpeció la movilidad, alentando el tráfico, para siempre. Seguro tenemos un vecino que pertenece a este grupo. O alguien más cercano: un familiar directo, un hermano, una tía, nosotros mismos. Yo, lo confieso, he sido uno de ellos. Hablo de los automovilistas que conducen con el celular en la mano: textean, hablan por teléfono, ven reels en los altos y mientras circulan. Manejar con el celular afecta nuestra visibilidad (al mirar la pantalla), limita nuestro control (solo una mano sostiene el volante) y cognitivamente desvía nuestra atención. Esta combinación de distracciones puede ser tan riesgosa como conducir bajo el influjo del alcohol. De hecho, manejar a 90 kilómetros por hora mientras lees o envías un mensaje por cinco segundos equivale a atravesar un campo de fútbol con los ojos cerrados. Todos estos datos los tomé de la página del Departamento de Transporte de EU. Los gringos, que todo lo miden, estiman que allá el 8% de los accidentes de tránsito fatales ocurren debido a una distracción como manipular el celular mientras se conduce. Permítanme hacer una extrapolación arbitraria, solo para efectos didácticos. En 2022 murieron en Jalisco mil 202 personas en siniestros viales, la cifra más alta a nivel nacional (Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes). Esto implicaría que al menos 96 muertes en accidentes viales en la entidad (8%) pudieron relacionarse con el celular. La Policía Vial de Jalisco lanzó ayer una modestísima campaña (un boletín y algunos insertos en medios, seguramente) para invitar a dejar el celular mientras se conduce. En el primer semestre de este año impusieron más de seis mil multas por esta infracción asentada en la Ley de Movilidad del Estado. Me parecen poquísimas para los casi 3 millones de autos que circulamos en la metrópoli. La sanción es de hasta 2 mil 700 pesos. Advertidos estamos. Si tomas, no manejes. Si texteas, tampoco. jonathan.lomeli@informador.com.mx