Como pasa en la mayoría de los dramas que padecen los familiares de los casi 15 mil desaparecidos que tienen a Jalisco como la entidad donde más ocurre este que es el más cruel de los delitos, luego de una incesante búsqueda de 16 años, Rosalía López y Yasir Macías recuperaron a su hijo Chavita, que les fue robado antes de las 24 horas de nacido de la clínica 45 del IMSS en Guadalajara.Para que se volviera a visibilizar la zozobra y la incertidumbre que padecían desde el 14 de diciembre de 2005 el padre y la madre de Chavita, tuvo que venir en agosto pasado el robo de otra recién nacida en el Hospital General de Occidente que por fortuna fue encontrada días después. Fue el momento que cuestionados sobre cómo iba el caso de su hijo robado, denunciaron el abandono y el nulo seguimiento y acompañamiento de la Fiscalía estatal. El entonces titular de esa dependencia, Gerardo Octavio Solís Gómez, tuvo que salir a decir que el expediente seguía abierto. Aunque ayer el gobernador Enrique Alfaro aseguró en sus redes sociales que fue en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) donde se hizo el retrato de cómo podría ser Chavita a sus 15 años, la señora Rosalía comentó en septiembre pasado que un joven especialista la contactó de forma anónima para, a partir de la fotografía del bebé, de ella, su esposo y de sus dos hijos, realizar una imagen prospectiva que pudiera ayudar en su búsqueda. Fue así que esta semana llegó a la casa de la familia López Macías un paquete que contenía fotografías y la dirección donde vivía el que muy probablemente era Chavita. Con esa información los padres biológicos del ahora adolescente acudieron a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos de la Policía de Zapopan y luego al Ministerio Público, donde se planeó la diligencia para acudir el miércoles por él y hacerle las pruebas de ADN que confirmaron ayer su identidad.Lo insólito del caso inundó ayer los espacios de radio, televisión y redes sociales para seguir en tiempo real el reencuentro de Chavita con su familia, que lo buscó durante más de cinco lustros, pero que el menor no hacía en el mundo.El pasado y el futuro irrumpieron brutalmente ayer en el presente de un adolescente que aparentemente vivía feliz con la que fue su familia en lo que lleva de su corta vida y de la que se le separó por la fuerza y abruptamente cuando fueron por él el miércoles que departía en la casa de un amigo del vecindario Las Lilas de El Salto, donde llegaron a vivir hace dos años.Habrá que celebrar y preservar el júbilo de Rosalía y Yasir por encontrar a su hijo tras 16 años de búsqueda, escuchar y en su caso penalizar a quienes lo tuvieron, pero sobre todo cuidar en todos los sentidos a Chavita, que desde antier está en un torbellino de emociones y sentimientos encontrados. Un torbellino que debe sacudir a las autoridades para atender de mejor forma el mayor problema de inseguridad en Jalisco como es el de las desapariciones.jbarrera4r@gmail.com