Una idea muy acariciada y deseada a todo lo largo de la historia de la humanidad y, desde luego, no pretendemos más que aportar una idea concreta en este pequeño espacio de la comunicación.“El dolor es ineludible, el sufrimiento es opcional”, pues resulta que hasta que no comprendamos más a fondo esta idea seremos capaces de restarle agobio, angustia, ansiedad y preocupaciones de todo tipo a nuestra existencia.La razón fundamental, que hay que contemplar, es que el dolor acontece en el territorio corporal. En cambio, el sufrimiento le pertenece a la esfera de nuestra mente. Un sujeto bien entrenado para distinguir entre uno y otro puede estarse revolcando de cualquier tipo de dolor y no entregarse a la esfera del sufrimiento y llorar.Lo que implica saber es que el sufrimiento está relacionado a lo que sabemos, conocemos, creemos e imaginamos. Eso explica por qué muchas personas pueden sufrir sin que realmente tengan un dolor específico y pasarse la vida de tortura en tortura. Porque todo está en su creativa imaginación.Y peor aún, cuando se toma consciencia de que el único responsable de tu sufrimiento eres tú mismo. Que para el colmo de los males, uno mismo es el que se lo provoca. Aunque siempre se tenga el miserable recurso de echarle la culpa a alguien más. Entonces uno mismo acaba siendo el verdugo, el terrible tirano que te encarcela en la mazmorra de tu tragedia y no te deja salir a disfrutar del calor del Sol.Para comenzar a salir de tan terrible infierno, hemos de iniciar con la aceptación plena de que nadie más es el causante de tu sufrimiento, más que tu solito, te has encargado de vivir con el flagelo de tu insistente masoquismo.Ciertamente, los demás te pueden lastimar, causarte mucho dolor si tú lo permites. O cuando algún accidente se encarga de hacerte recordar que eres de carne y hueso. Y en un caso así no hay duda de que si hay un responsable del dolor que tienes, pero no del sufrimiento, que quede muy claro, de que somos dueños de la alternativa que nos puede llevar a vivir desastrosos momentos.Si aceptas que tú mismo eres el causante de tu sufrimiento ya hemos dado un paso adelante en disminuir sus patéticos efectos, en tu calidad de vida. Si no estás dispuesto a reconocerlo, vas a avanzar muy poco para erradicar tan lamentable sensación. Pero una vez más, es tu decisión y en ello descansa tu capacidad de imponerte nuevos retos y desafíos.Cada quien hace de su vida o un drama, una comedia, una aventura, una obra de arte o una vil tragedia. Ahora ya sabes que nadie, más que tú, eres la fuente misma de tu sufrimiento.Un poco de esfuerzo diario es un buen inicio, ya con que no te estés quejando y lamentando de lo que sucede. ¿Por qué no mejor haces que las mejores cosas positivas te sucedan? Y así practicas la opción de sufrir sólo cuando lo decides.